Este miércoles 20 de mayo ha hecho un mes de la muerte de nuestro compañero Abel Martínez Oliva en el instituto Joan Fuster de Barcelona. Esta no ha sido una pérdida más dentro de la vorágine de este mundo que nos ha tocado vivir, en el que los intereses particulares de algunos (políticos) hacen que los sentimientos y las protestas continuadas de un colectivo (docentes) se conviertan en polvo al viento.
Somos educadores, gente muy comprometida con el presente y el futuro de nuestra sociedad. Somos y nos sentimos muy responsables de la función que tenemos en la construcción de ideas, valores y sentimientos. Necesitamos que se nos valore, pues también somos personas.
La muerte de Abel nos ha conmocionado. Hemos querido mantener un duelo por su familia y compañeros más cercanos, pero hoy, después de este silencio institucional por parte del Departament d'Ensenyament, no podemos dejar de decir que este hecho pone en evidencia lo que llevamos años denunciando los sindicatos y la comunidad educativa en general.
No podemos trabajar en los centros con las condiciones en las que estamos. No podemos abogar por una mayor calidad de la enseñanza sin recursos materiales ni personales. Nuestras condiciones laborales cada día son más precarias. ¿Cómo podemos hablar de la eficiencia de una escuela inclusiva sin ayudas? ¿Cómo podemos tratar casos de niños con trastornos psicóticos, Asperger, con deficiencias visuales, niños sordos, esquizofrénicos, bipolares entre otros, si el personal preparado con el que contamos es insuficiente y no se hace nada para cambiar esta situación a pesar de estar vendiendo que lo que se quiere es mejorar la calidad de la enseñanza? ¿Se da más calidad cuando se ha reducido casi a cero el plan de formación del profesorado, o con la reducción de líneas educativas aumentando las ratios en las aulas? ¿Se pueden detectar y prever estas situaciones cuando las familias no están obligadas a informar a los centros de los posibles trastornos de sus hijos y tampoco contamos con los medios adecuados para detectar según qué afecciones?
Hoy queremos alzar la voz una vez más. No queremos pasarlo por alto. Este duelo que sentimos debe ser la fuerza que nos una para reivindicar nuestro papel en la sociedad.Maestros y profesores asumimos un compromiso con la sociedad. Nos gusta enseñar y ayudar a los padres en la tarea de la educación de sus hijos e hijas. Para nosotros es un privilegio contribuir en el intento de hacer mejor esta sociedad. Reivindicamos, pues, que se nos ayude, que no se nos mutilen las condiciones laborales en las que tenemos que desarrollar nuestra tarea.
Necesitamos entre todos buscar la manera de trabajar preventivamente en la resolución de conflictos y el tratamiento a la diversidad. Necesitamos unos protocolos de actuación respecto a las situaciones de riesgo. Y es del todo necesario que el Departament d'Ensenyament no se esconda, afronte la situación y aporte los recursos necesarios para que hechos como el que hoy nos conmueve no vuelvan a pasar nunca más. Esta es nuestra voluntad. Este es nuestro fin.
#TotsSomAbel
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