Pensaba que éramos educados y que cedíamos el asiento cuando alguien lo necesitaba. Hasta que me quedé embarazada. Al principio entendía que no me cedieran el asiento porque simplemente parecía una chica panzuda. Ahora ya no lo entiendo. Tengo una buena barriga, estoy embarazada de siete meses. Sigo cogiendo los FCG y el autobús, y sigo sin poder sentaremos. Cada día es una aventura. Observo a los compañeros de trayecto. Me recuerdan a mi época de escuela, cuando el profesor preguntaba quién había hecho los deberes para salir a la pizarra y todos mirábamos a un punto en el infinito. Me duele la espalda, tengo los pies hinchados, y según cómo, pierdo el equilibrio. Con un movimiento brusco puedo caer. Por favor, un poco de civismo.
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