Lunes, 30 de marzo del 2015 Jordi Martín (Barcelona)

Desde hace semanas sigo las cartas que se publican en Entre Todos acerca de personas enfermas que no han recibido una atención correcta por parte de los médicos o especialistas del sistema público. Yo y mi familia también pasamos por la mala experiencia que conlleva no ser atendidos como nos merecemos. Con todo, creo que cuando se presenta una situación delicada han de contribuir tanto los médicos como los pacientes. El 17 de marzo viví una situación que ha modificado mi forma de pensar respecto al sistema sanitario publico. Mi madre, de 76 años, padece hipertensión nerviosa y sufrió un mareo que casi le hizo perder el conocimiento. El servicio de emergencias mandó un médico en una hora. Gracias a su decisiva actuación, mi madre recobró el sentido y al día siguiente ya hacía vida normal. Me quedé asombrado, pero esta vez de alegría y esperanza.

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