Miércoles, 29 de julio del 2015 Gemma Cerezo (Barcelona)

Los unionistas critican la lista Junts pel Sí con los argumentos de que no es una lista convencional, de que no está encabezada por un político, de que es un batiburrillo sin un programa claro, porque eso y porque aquello.  Se lo explicaré, a ver si lo entienden. La lista es tan atípica porque el 27-S también lo es; ellos se empeñan en decir que solo son unas elecciones autonómicas y en no ver que es un referéndum disfrazado porque a cara descubierta no nos lo dejan hacer. La lista no está encabezada por un político porque el verdadero impulsor del proceso es la sociedad civil que ha exigido en repetidas veces a la clase política que se comprometa a llevarlo a cabo. Por supuesto que hay un programa claro: la independencia. Es cierto que en la lista hay partidos de todos los colores, porque de lo que se trata es de saber si hay mayoría independentista y esto no es exclusivo de ninguna tendencia política; esta lista es inclusiva porque la sociedad que queremos es una en la que cabe todo el mundo, piense como piense. Hay gente a la que le molesta la presencia de CDC, cuando es clave: ¿dónde se ha visto un país democrático sin una derecha? Hay quien dice que, al ser una lista civil, los diputados elegidos no sabrán gobernar. Un político es una persona que se dedica a la política independientemente de su tarea profesional, no se necesita ninguna formación específica. Además, el resultante será un Gobierno de coalición que durará 18 meses como máximo. Estoy de acuerdo en que habría sido mucho más fácil hacer un referéndum como es debido, pero nos han obligado a hacer lo imposible para poder saber cuántos somos.

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