Lunes, 17 de marzo del 2014 Alba Padró Arocas (Barcelona)

La Associació Catalana d'Infermeria Pediàtrica ha alertado a la comisión de la infancia del Parlament de la supuesta incapacidad de las madres desnutridas para dar el pecho a sus bebés y su necesidad de recurrir a la lactancia artificial. Como consultora de lactancia, me sorprende. La presidenta Anna Pedraza dice que las madres sufren una situación de carencia nutricional que compromete la cantidad y calidad de su leche. Pero la evidencia científica ha verificado que las madres desnutridas siguen fabricando leche para sus hijos y mantienen su calidad y cantidad sin tener que recurrir a la leche artificial como fuente de alimentación. El fomento de la lactancia materna parece ser políticamente incorrecto por perturbar la voluntad de las mujeres a la hora de elegir cómo quieren alimentar a sus hijos. Olvidamos sin embargo que la leche artificial debería ser considerada una solución, no una opción, en caso de emergencias nutricionales. Y en el caso de que haya madres con dificultades de lactancia por la imposibilidad de acceder a una alimentación adecuada, la solución más racional pasa por alimentar a las madres y no por facilitar a sus hijos una alimentación de peor calidad y que supone un gasto astronómico.

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