Nuestro hijo David es alumno de la guardería Sol Solet de Barcelona. Se trata de una escuela privada subvencionada adonde lo llevamos muy contentos por el trato respetuoso que recibe de las maestras y por la cantidad de cosas que aprende cada día jugando con otros niños. Desgraciadamente, nos han explicado sus responsables que desde el año pasado no reciben subvención y que por ese motivo este año han tenido que incrementar la ratio alumnos-maestros, aumentar el precio y congelar los salarios. Y que si se confirma que este año tampoco hay ayuda, se pondrá en peligro la continuidad de la escuela. Esta problemática afecta al Sol Solet y otros muchos centros. La oferta de guarderías públicas es claramente insuficiente en Barcelona; de hecho, nosotros no fuimos agraciados en el sorteo de plaza y tuvimos que buscar una privada. Si además cierran las guarderías privadas por falta de ayudas, ¿qué alternativa nos quedará? ¿No habíamos quedado en que la enseñanza era una prioridad? ¿Y la conciliación familiar? ¿Cómo puede ser que en cambio sí haya ayudas para escuelas de élite? ¿Cómo se entiende que haya dinero a raudales para gastos políticos y fiestas identitarias y no para las guarderías privadas que palían el déficit de plazas públicas?
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