Viernes, 1 de marzo del 2013 Flor Zapata Ruiz (Asociación Vidaen la Carretera)

Es sabido que a los jugadores de fútbol les gusta la velocidad. Sus sueldos o compensaciones, en forma de potentes coches, hacen que la relación jugador-coche deportivo se convierta en un tópico. Pero es que la mayoría de las veces la relación jugador-infracción-accidente se cumple. Últimamente, y en varios casos, el ejemplo de famosos jugadores no es el mejor para los jóvenes, la seguridad vial y las víctimas de hechos viales. Algunos de ellos se van ganando a pulso perder la vida en lo que se denomina accidente de tráfico pero que, dada su trayectoria, no sería tal por ser claramente evitable. Pero lo verdaderamente triste es que, en una de esas jugadas con la muerte, quien la encuentre sea otra persona que no se la merezca. Y tenemos casos entre las víctimas. De nada sirven ya las multas para algunos que tienen dinero de sobra para pagarlas. No sé si, a ellos, a él, les sería útil realizar trabajos para las víctimas de tráfico para transformar sus hábitos de conducción, pero a las víctimas no nos sirve que paguen una multa o estos trabajos sociales. Cuando se es reincidente se necesita mano dura, y algunos lo están pidiendo a gritos con sus actuaciones. Perdón a aquellos jugadores que cumplen con las normas y el amor a la vida.

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