El Institut Català d’Avaluacions Mèdiques (ICAM) me citó porque estoy de baja desde noviembre pasado: padezco dos hernias discales en la columna cervical. Fui atendido por una doctora y tuve la sensación de ser juzgado más que evaluado: más que interesarse por mi estado de salud o mis condiciones laborales, me hizo preguntas como "¿piensas reincorporarte algún día?" o "¿estás bien en tu casa, de reposo y relajado?". Soy amputado: perdí la pierna izquierda a los 11 años. Ahora tengo 50 y llevo unos 25 trabajando. Pocas veces he estado de baja laboral, y cuando lo he estado, ha sido por causa justificada. Esta institución debería centrarse en evaluar y averiguar si el desempeño de un trabajo puede haber influido en las lesiones, no presuponer que eres un caradura.
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