Viernes, 12 de junio del 2015 Josep M. Carbó (Barcelona)

Hace más de 20 años que los jóvenes sufren precariedad laboral y dificultades para tener vivienda. Pero esto no era un tema de la política catalana porque Madrid no nos dejaba hacer, según la retórica pujolista. Nos ha caído encima una crisis mundial por culpa de la especulación del capital, nos han obligado a pagar los platos rotos para que los culpables puedan repetirlo cuando quieran y eso tampoco es un tema de la política catalana. La independencia nos permitirá vivir al margen de la crisis mundial y a los jóvenes les sobrarán trabajo y casas. Cuando uno pregunta con qué sistema fiscal se piensa hacer esto, con qué políticas concretas de vivienda, transporte, educación o sanidad, responden que "ya hablaremos". Ni siquiera sabemos con qué ley electoral construiremos ese país maravilloso. Muchos de los que se quejan de falta de inversiones en infraestructuras como el puerto de Barcelona aplaudieron acríticamente el AVE y el carril VAO, obras más impulsadas por intereses de las constructoras que por necesidades de los usuarios. La cuestión no es decidir nosotros, sino a favor de quién. Esta ha sido siempre la gran cuestión de toda política: servir a una minoría o a la mayoría. Esta falta de definición, esta llamada a hacer un país nuevo de la mano con el régimen apoltronado en Catalunya más de 30 años, contrasta con la exigencia de los independentistas de "abandonar la ambigüedad" a los que les aguan la fiesta con preguntas como estas. ¿Quién es ambiguo? ¿Quien quiere resolver los problemas concretos hoy o los del "mañana ilusionante"? Cada vez estoy más convencido de que el independentismo aplica aquello de que todo cambie (aparentemente) para que nada cambie (realmente). Y, hablando de ambigüedades, se presenta como mayoritario en contra de las evidencias de sondeos, resultados electorales y la propia consulta del 9-N, atribuyéndose como propios los partidarios del derecho a decidir que defendemos otras alternativas. Afortunadamente, en cada nueva cita electoral la diversidad de la sociedad catalana se hace cada vez más visible.

Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí

Compartir: