Viernes, 17 de abril del 2015 Víctor Serrano (Barcelona)

Le prometí a mi hijo de 11 años, seguidor bético, que si sacaba buenas notas en la segunda evaluación le llevaría a ver el partido del Barça B contra el Betis. El día que salieron las entradas a la venta, en la web del FCB detallaba  claramente que los niños menores de 12 años entraban gratis. Y saqué una entrada de tribuna. Llamé al teléfono de atención al barcelonista (902 18 99 00) para preguntar qué tenía que hacer para que mi hijo se pudiese sentar a mi lado. Me indicaron que debía ir entre semana al Camp Nou, acceso 9, y en la taquilla me darían otra entrada al presentar la mía. Así lo hice, pero allí me dijeron que no me daban ninguna entrada, que las daban en el momento de entrar al campo el día del partido. Desconfiado, acudí a la Oficina d’Atenció al Barcelonista y me confirmaron que así era.
El día del partido, me presenté una hora antes y en la puerta me dijeron que mi hijo no podía entrar si no tenía entrada. Desesperado, compré en la reventa  dos entradas contiguas que resultaron estar en la zona de los radicales, por lo que el personal de seguridad le obligó a ocultar su camiseta del Betis, para evitar males mayores. Imagino que con la idea de vender todo el aforo y lograr dinero para sus problemas con Hacienda, el Barça no dudó en despreciar la ilusión de los niños y engañar a la gente.  

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