"¿Por qué no me dejan tocar un instrumento?", nos pregunta cada día nuestro hijo. Hace un año le apuntamos en la Escola Municipal de Música de Constantí, pero su curso se suspendió por falta de inscritos. Sin más explicaciones, lo incluyeron en un curso superior, con niños un año mayores. Alcanzó los objetivos con creces y nos preguntaron qué instrumento quería tocar el curso siguiente; pero en agosto el director nos dijo que no podría empezarlo porque no tenía la edad, y algunos padres se habían quejado de que a sus hijos les tocara ir con un niño más pequeño. En septiembre dio un nuevo argumento: el claustro de profesores había decidido que merecía repetir curso por la edad. Así se premia el esfuerzo, así se facilita el acceso a la cultura, así se destruyen las ilusiones de un niño de 6 años.
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