Lunes, 4 de mayo del 2015 Elisa Peinado (Sallent)

 Hace 17 años que trabajo en una residencia privada y llevo los mismos años esperando que el convenio mejore. Antes de la crisis, se dio un paso adelante y conseguimos que los domingos y festivos se pagaran con 18 euros extras, y Navidad y fin de año, con 24 euros, además de que nos concedieran cuatro días de libre disposición, ya que nuestro convenio tiene el número de horas anuales más alto. Tenemos un sueldo base que no supera los 900 euros brutos al mes y que  lleva tres años congelado, a pesar de que a los usuarios les cobran una cantidad desorbitada y les aplican cada año la subida del IPC. Actualmente se esta negociando el séptimo convenio y, para mi sorpresa, la patronal no solo quiere congelar el sueldo base hasta no se sabe cuándo, sino que nos quiere quitar el plus de festivos, la antigüedad, los días de libre disposición y los pocos derechos que se prevén en el último convenio, ya que quieren anular la cláusula que garantiza los derechos adquiridos. Si cuidar a nuestros ancianos en lugares adecuados no es rentable ni para los gobiernos (central y autonómico) ni para los centros que hacen negocio con ellos, la solución no es explotar a las personas que trabajamos en ellos muchas horas y sin descanso.

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