Viernes, 22 de agosto del 2014 Javier Bertolín (Barcelona)

Desde que el debate sobre la independencia de Catalunya entró en la actualidad política catalana y española, echo en falta voces que se posicionen a favor o en contra, o partidarias de una tercera vía que se sigue haciendo esperar, sin echar mano de los argumentos nacionalistas o de identidad, de uno y otro lado, ya repetidos hasta el hastío. Considero que las reclamaciones independentistas serían perfectamente legítimas sin necesidad de alegar la condición de nación histórica que afirman que tiene Catalunya y, por el otro bando, creo que no tiene sentido llamar a la unidad de España por el pasado histórico común, supeditando la voluntad de la población actual a la que hubo o se impuso antaño. Luego está el tema de las identidades: «Es que yo me siento solo español», «es que yo me siento solo catalán», «yo me siento más español que catalán», o viceversa. ¿Y quién va a impedirle a usted seguir sintiéndose como se siente, pase lo que pase? ¿De verdad tiene cabida este tipo de argumento en el debate sobre la gestión pública, que es, en definitiva, de lo que estamos hablando? ¿Alguien piensa que a un ciudadano alemán, francés, senegalés o ecuatoriano que vive en España le obligan a renegar de sus orígenes? Personalmente, no creo en nacionalismos ni patriotismos de ninguna clase. Yo he nacido y vivido toda mi vida en Barcelona. Me gusta y le tengo cariño, ¿cómo no? Pero pienso que lo único que uno le debe a su tierra es haber tenido la suerte de no haber nacido en el Congo. Ahora bien, todo esto no es óbice para que sea soberanista catalán y, concretamente, independentista. Por el simple hecho de que opino que cualquier sociedad concreta y localizada tiene derecho a decidir cómo quiere ser gobernada. De los sentimientos identitarios en el debate político, pienso lo mismo que de las religiones: cada uno, en su casa, que sienta lo que quiera y rece a quien quiera. Para la gestión de lo público, seamos racionales.

Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí

Compartir: