Con frecuencia me encuentro en medio de conversaciones donde se critica el mal estado de nuestra democracia y se asegura que los políticos no nos tienen en cuenta ni se preocupan por lo que la ciudadanía demanda. Envidiamos a países de Europa que permiten a los ciudadanos participar activamente en el proceso democrático. Ahora hemos tenido la posibilidad de celebrar un referéndum y nos hemos dividido entre síes y noes antes de votar. Y muchos simpatizan con aquellos partidos que rechazan una consulta no vinculante. Independientemente de nuestra ideología y de lo que quisiéramos votar, todos deberíamos estar a favor de la evolución democrática que supondría para nuestro país que la participación de los ciudadanos fuera más allá de votar cada cuatro años. Quizá dentro de un tiempo nos arrepintamos de esta negativa ante un referéndum que podría ser el primero de muchos. Quizá el motivo de la consulta nos haya alejado de la objetividad y nos haya impedido ver el fin de todo esto, el avance democrático.
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