Madrid, Catalunya, Valencia y Baleares, por este orden, son las comunidades donde se recauda más de lo que reciben. Se diría que son contribuyentes netos. Pero no es así. Las empresas de ámbito nacional o multinacional radican sus sedes sociales en las dos grandes ciudades españolas, Madrid y Barcelona. Así, cuando un andaluz de Utrera (Sevilla), pongamos por caso, abre la espita de Gas Natural-Fenosa o la luz de Endesa, los beneficios empresariales y los impuestos inherentes se contabilizan como generados en Catalunya o en la Comunidad de Madrid, pero realmente han sido soportados por el usuario final, el andaluz. Por consiguiente, en un mercado único no pueden disociarse la balanza fiscal y la balanza comercial, pues estaríamos planteando un supuesto a todas luces falso, un supuesto con trampa.
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