Muchos barceloneses pagan más impuestos que los ciudadanos de otras partes. Son tan elevados que permiten a esta ciudad hacer de mentor y financiero de otras entidades, como la Generalitat. Espero que antes de gastar el dinero de Barcelona, Ada Colau regularice los impuestos que pagamos, y que se olvide de repartir nuestro dinero como si de una oenegé se tratara. Si su política se basa en repartir el dinero de los impuestos recaudados mediante abusos y darlos a los que no pagan ni pueden pagar nada, lo único que hará será aumentar la pobreza. Esperemos que Colau aprenda pronto a repartir lo que se le ha otorgado con equidad entre todos los ciudadanos.
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