Lunes, 31 de agosto del 2015 Pedro López (Barcelona)

Quiero quejarme al servicio de limpieza del ayuntamiento por el uso por parte de sus operarios de un aparato que se ha puesto de moda en los últimos tiempos para limpiar las calles con aire a presión. El problema está en  que se forma una gran cantidad de polvo en suspensión  que aspiramos los viandantes cuando pasamos por su lado, con el peligro que supone para la salud este polvo lleno de gérmenes patógenos y suciedad. Yo ya he sido víctima de este sistema de limpieza: me quedó la ropa manchada de suciedad y no podía respirar un aire lleno de polvo.
Además, esta diabólica maquinilla lo que provoca es un gran ruido durante su funcionamiento, aumentando la ya de por sí muy elevada contaminación acústica de la ciudad de Barcelona.
Servidores públicos del servicio de limpieza del ayuntamiento, retiren estas molestas maquinillas, por favor, y vuelvan a la escoba y el recogedor. A veces la modernidad es peor que los métodos tradicionales. La ciudadanía se lo agradecerá. 

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