Lunes, 13 de octubre del 2014 Roser Riera (Barcelona)

Leo en un tríptico que edita la Generalitat que los mayores somos patrimonio de la humanidad, y añaden un listado de todos los derechos que tenemos. Se olvidan uno, el derecho al pataleo, que es el único que podemos usar desde que nos sacaron las líneas de autobús 72 y el 16 que conectaban entre sí a varias residencias y hospitales.  Algunas de las que protestamos vamos en muletas o con bastones y, gracias a usted o ustedes, señores políticos, ahora tendremos forzosamente que hacer transbordos, subiendo y bajando más veces, con el riesgo de caída que ello conlleva. ¿No sería más sencillo si de vez en cuando, antes de hacer cambios que no sabemos a quién favorecen, pensaran un poco más en las dificultades que tenemos la gente con problemas de movilidad? Somos un grupo de mujeres que desde que nos hemos hecho mayores somos asiduas clientas de clínicas y hospitales a causa de caídas.
Señores políticos, señor alcalde de Barcelona, Xavier Trias, no tienen ustedes ni idea de las limitaciones y sufrimientos que pasamos. ¿Qué pretenden? ¿Que cojamos taxis o directamente que no salgamos de casa? Me temo que en Barcelona tenemos un alcalde que solo ve su idea de líneas verticales y horizontales. Con tantos derechos que unos y otros dicen que tenemos las mayores, aquellas a las que en los trípticos nos llaman patrimonio de la humanidad, me gustaría que tuvieran en cuenta los dos que para nosotras son importantes: ser escuchadas y cuidadas para poder  seguir moviéndonos. Sin tropiezos.

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