Domingo, 27 de julio del 2014 Victor Cuervo (Castellar del Vallès)

Querido amigo español, te escribo desde un pueblo de mi tierra, Catalunya, para invitarte a que me conozcas; a mí, a mi familia y a mis vecinos, para que veas que somos personas como tú. Quiero enseñarte que, en nuestros bares, los camareros son capaces de cambiar del "Benvingut" al "Bienvenido" y que la charcutera, o Sonia, la chica de la lotería, te dirán "¿Qué deseas?" si no entiendes el "Què desitges?". Te invito también a conocer el colegio de al lado de mi casa, donde chicos y chicas juegan y aprenden en cualquier idioma, y que, a diferencia de lo que te intentan meter en la cabeza, no dejan a nadie fuera por no entender el catalán. Te invito a que descubras que somos gente normal, que nos preocupamos por los que vienen, que no los discriminamos, sino que queremos que se integren y aprendan nuestro idioma. Y sí, habrás oído que aquí somos unos radicales, nacionalistas, independentistas y que todo lo que rodea o implica a España es basura para nosotros. Amigo, mi pareja es andaluza, vive en Catalunya y nos tiramos tardes y tardes hablando sobre la independencia. Yo quiero la independencia; ella, no. Y la sigo amando como el primer día. Te escribo para que descubras la tierra en la que vivo. Mar, montaña, cultura... Antes de acabar, una cosa más: me encanta España. Es fabulosa. No tengo ningún problema contigo, ni con tu pareja, o tu vecina, ni con ningún español. El problema lo tengo con el Estado que nos gobierna tanto a ti como a mí. Y no te creas, aquí también tenemos a políticos que dejan mucho que desear. Así pues, quedas invitado. Voy poniendo otro refresco en la nevera por si algún día vienes a mi terraza, porque en mi tierra podrás hablar como quieras, ser de donde quieras e ir y venir cuando quieras. Una cosa te prometo: nunca te faltará de nada y siempre serás bienvenido, amigo español. Un abrazo o, como decimos aquí, una 'abraçada'.

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