Lunes, 12 de mayo del 2014 Xavier Roa (Barcelona)

Seguimos en la misma línea de siempre: palabras al aire. Ustedes pronuncian las frases que nosotros queremos oír, nosotros confiamos (por enésima vez) en que en esta ocasión puede que sea cierto, transcurren los meses, el resultado es decepcionante y no nos queda otra alternativa que asumir la derrota. Y así sucesivamente. Les da absolutamente igual cómo estemos, les produce indiferencia.

Como ejemplo, el pasado miércoles 6 de abril, en el Parlamento Europeo se votó una enmienda para restringir los vuelos en primera clase (para tener una idea, en un Barcelona-Bruselas el precio del trayecto aumenta unas ocho veces de turista a primera clase). De los eurodiputados españoles, cuatro votaron a favor de volar en turista, 36 en contra y dos se abstuvieron.

Después de esta votación ¿me pueden explicar cómo no se avergüenzan cuando dicen que «todos sufrimos esta crisis»? ¿Qué clase de crisis padecen ustedes? Ninguna. Si de verdad la padeciesen, no opinarían así. Ya que se promueven en el papel de sufridores de la crisis ¿por qué no salen a la palestra y nos cuentan lo que recibe de regalo un diputado? Y el sueldo, y las ayudas, como manutención, alojamiento y coche oficial, y los beneficios fiscales, y la pensión por jubilación, y un largo etcétera.

Cuando digan la verdad, cuando nos cuenten todos los datos, cuando sean transparentes, cuando expliquen con claridad la distribución de lo recaudado con los impuestos, entonces les escucharé y tal vez les crea. Mientras tanto, no voy a confiar más. Un último favor: no digan más aquello de «la salida de la crisis se hará con el esfuerzo de todos...». 

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