Me parece evidente que los perros sean autorizados a usar el metro como medio de transporte. Soy alemana y en mi país los perros viajan en cualquier transporte público sin que nadie les mire mal. Dicho esto, también es cierto que en Alemania los dueños de los canes son bastante más cívicos que, por ejemplo, aquí. Si el animal es limpio y está bien educado para no molestar, ¿por qué no va a poder viajar con su dueño? Yo he viajado con mi perrita en autobús y he recibido miradas de desaprobación que me han hecho sentir que estaba cometiendo un delito. Eso no puede ser. Pagamos justos por pecadores.
Los vagones de los transportes públicos están sucios y deteriorados por el incivismo del hombre, no por los animales que puedan viajar en ellos a partir de ahora. Sinceramente, sin duda alguna preferiría que los autobuses y el metro estuvieran llenos de animales de compañía y no de carteristas. Esos sí que dañan a los demás.
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