El 'plan holandés'

para salvar el delta del Ebro

Durante los últimos 6.000 años, el delta del Ebro no paró de crecer.
Los sedimentos del río se acumulaban en la desembocadura y formaron este delta icónico. Así estaba en 1945.
Ortofoto: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya

Pero en los últimos 50 años, el delta ha dejado de aumentar. Al contrario, la falta de sedimentos y la erosión han provocado su regresión. Así se encuentra en la actualidad (2020).

El avance del mar y el retroceso de la tierra amenazan:
- La vida de sus habitantes
- Un ecosistema rico en biodiversidad
- La economía de la zona, basada en el turismo y la producción de alimentos
Ortofoto: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya

Durante los últimos 6.000 años, el delta del Ebro no paró de crecer.
Los sedimentos del río se acumulaban en la desembocadura y formaron este delta icónico. Así estaba en 1945.
Ortofoto: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya

Pero en los últimos 50 años, el delta ha dejado de aumentar. Al contrario, la falta de sedimentos y la erosión han provocado su regresión. Así se encuentra en la actualidad (2020).

El avance del mar y el retroceso de la tierra amenazan:
- La vida de sus habitantes
- Un ecosistema rico en biodiversidad
- La economía de la zona, basada en el turismo y la producción de alimentos
Ortofoto: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya

En 2020, el temporal Gloria puso en evidencia la fragilidad de este espacio. La barra del Trabucador, el tramo de tierra que conecta el delta con la punta del Fangar, desapareció parcialmente.

El Trabucador, parcialmente borrado por el temporal Gloria, en 2020. Foto: ACN

El Trabucador, parcialmente borrado por el temporal Gloria, en 2020. Foto: ACN

Ahora buena parte de ella se ha recuperado, como se puede ver en la imagen inferior.

Sin embargo, otros puntos del delta siguen en grave peligro.

Para salvar el delta y protegerlo de los temporales, tanto la Generalitat como el Ministerio para la Transición Ecológica han puesto sobre la mesa varias medidas, aunque no se han llegado a acuerdos en todas las cuestiones.

Recuperación de sedimentos

Los sedimentos dejaron de llegar al río debido a que muchos quedan retenidos en los embalses de Mequinensa, Riba-roja y Flix.
¿Qué se puede hacer para que vuelvan al río? Existe una prueba piloto prevista para extraer 100.000 m3 de sedimentos de Riba-Roja que serán trasladados al cauce para que acaben en el delta.
Sin embargo, según la secretaria de Acció Climàtica, Anna Barnadas, no se ha avanzado lo suficiente en este tema.

"Se están repitiendo estudios que la ACA ya tiene hechos. Está atascado", advierte. De todas formas, tanto asociaciones como administraciones coinciden en que este tratamiento es necesario, aunque no solventaría todos los problemas del delta en poco tiempo, ya que hace décadas que los sedimentos no llegan.

Plan de gestión
del agua dulce

La sangre que irriga el delta del Ebro y lo mantiene con vida es el agua dulce, clave también para la producción de arroz y para evitar que el agua salada gane protagonismo y los ecosistemas de las lagunas y las bahías empeoren.
Esta agua llega a todos los rincones a través de los canales de riego. Y la sequía ha puesto en jaque su viabilidad.

La Generalitat tiene en marcha el PIGADE y exige a la CHE que asegure la llegada del agua a través del caudal ecológico obligatorio.
Para esta gestión se prevén 36 millones de euros de inversión. Pero, según Barnadas, el problema no es el dinero.

Escolleras submarinas

Para evitar la erosión de los temporales, esta posibilidad todavía no está sobre la mesa oficialmente. De hecho, la Generalitat apuesta por el plan holandés, pero las escolleras submarinas son una solución que en varios puntos del litoral se ha planteado para frenar el oleaje.

En estos momentos, no es una prioridad en el delta del Ebro, pero sería una posibilidad más.

La medida estrella que plantea el Departament d'Acció Climàtica es imitar el modelo holandés, basado en una barrera de arena natural.

Consiste en colocar gran cantidad de arena, no solo para regenerar la playa sino para que, de forma natural, se genere una gran barrera dunar protectora.

Así, se evita la intrusión salina en los humedales y se protegen las zonas más vulnerables de la erosión.

Las barreras pueden ser en forma de dunas naturales o de camino de guarda costera. El modelo holandés se ha probado en la costa de La Haya. La fórmula consiste en poner una gran cantidad de arena en la franja de la costa.

Luego, de forma natural, el 'motor de arena' natural hará su trabajo. Con la fuerza del oleaje se irá resituando la arena y se formarán dunas naturales que protegerán los humedales.

En 2011, en La Haya se usaron 21,5 millones cúbicos de arena para crear este banco de arena artificial.
La idea es "no luchar contra el agua", sino "trabajar conjuntamente con el agua" para aprovechar su fuerza con el fin de fortalecer la estructura.

Con el paso de los años, la arena se fue esparciendo a lo largo de toda la playa y se crearon las dunas que refuerzan la línea costera.

Además de proteger a un país que tiene parte de sus tierras bajo el nivel del mar, han creado un entorno natural y un espacio de ocio.

En esta imagen se puede apreciar la península de arena que se ha formado en la costa de Países Bajos donde el "motor de arena" ha funcionado.

"Años de lucha contra el mar"

Sin los diques y las dunas, no se habría evitado la intrusión marina y, hoy por hoy, Países Bajos sería casi una gran marisma.

Varias universidades neerlandesas llevan años estudiando cómo hacer frente a este riesgo de forma natural y sostenible. Años atrás, se puso en funcionamiento el Plan Delta, y ahora, 10 años después de iniciar el motor de arena en la costa de La Haya, se ha comprobado su eficacia.

El reto para España es evitar que el mar gane la partida a la tierra en el delta del Ebro.
La Generalitat propone hacerlo "a la holandesa", siguiendo el ejemplo de este motor de arena. El próximo paso es llegar a un acuerdo con el ministerio y hacer realidad las inversiones urgentes que deben evitar que un nuevo temporal Gloria evidencie de nuevo la debilidad del delta.

Este es un ejemplo del camino de guarda que ya se ha reforzado en la bahía de los Alfacs.

Los trabajos de preparación para apuntalar estas estructuras son costosos, pero el Govern asegura que, sin una inversión millonaria, el delta del Ebro corre peligro.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Guillem Costa
Infografías: Alex R. Fischer
Coordinación: Rafa Julve
Fotografía: Departament Acció Climàtica, Dezandmotor