Ayuda regional en transformación

La Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo afronta el futuro con el reto de adaptarse a la nueva demografía. La economía sostenible requiere más solidaridad
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  Ayuda regional en transformación

La Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo afronta el futuro con el reto de transformar la orientación de las ayudas a las zonas del Viejo Continente con más carencias. Tras unos años en los que las infraestructuras centraron las inversiones propuestas por la Comisión Europea, en los próximos años la clave será afrontar los retos demográficos y hacer accesible la sociedad del conocimiento a todo el territorio comunitario en igualdad de condiciones.

Tras unos años de fuertes ajustes del gasto público y con las infraestructuras como centro básico de reactivación económica, los próximos años requerirán un papel protagonista para el Parlamento Europeo a la hora de promover, controlar y optimizar las inversiones dirigidas al reequilibrio territorial. La Europa de múltiples velocidades debe modificar sus ritmos al son de inversiones que repercutan de manera efectiva en los objetivos, pero ahora con nuevos escenarios. Los 43 miembros de la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo, de los que tres son españoles (PP, PSE, IU), son responsables de supervisar las propuestas de la Comisión Europea y que se debaten en el Parlamento. Son Iratxe García (PSE), Ramón Luis Valcárcel (PP) y Ángela Vallina (IU)

Las propuestas de la Comisión de Desarrollo Regional deben posteriormente ser incorporadas al marco legal acordado por el Consejo Europeo. Ese proceso, casi siempre poco conocido por el gran público, otorga a la UE un funcionamiento más lento de lo deseado, pero con garantías de consenso suficientes y en consonancia con el principio europeo de funcionamiento basado en la codecisión, sin parangón en el mundo.

LOS OBJETIVOS

La presidenta de la Comisión de Desarrollo Regional es la búlgara Iskra Mihaylova, de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa. Bajo su batuta está la coordinación de los trabajos de la política de cohesión, con influencia en la optimización de los fondos distribuidos, pero también cualquiera de las iniciativas dirigidas a regiones, para potenciar áreas geográficas afectadas por desastres, por ejemplo. Al final de ese proceso legal impulsado por la comisión europea y apoyado por el Parlamento serán las autoridades nacionales, regionales y locales las que gestionan directamente las ayudas. Para Iratxe García, del Partido Socialista y miembro de la Comisión de Desarrollo Regional, el reto de los parlamentarios es incorporar nuevos enfoques al objetivo de reequilibrio: «No podemos tener una actitud provinciana. El reto en estos momentos es afrontar un reto demográfico y afrontar el reequilibrio territorial con amplitud de miras, sabiendo que las ayudas a las zonas con más carencias nos beneficiará a todos», explica. Para el futuro de esta comisión será necesario que las cortapisas impuestas por la necesidad de control del déficit no se impongan a las necesidades ineludibles de recursos.

EFECTOS DEL 'BREXIT'

Ramón Luis Valcárcel, Europarlamentario del PP en la comisión, considera que «cada vez cobran más importancia los preocupantes efectos que el brexit puede surtir en los paquetes de cohesión regional. A su vez, las líneas que guían la política regional cada día se centran más en inversiones que fomenten el crecimiento sostenible, inteligente e integrador –que no deje atrás a nadie- y que respondan a desafíos como el reto demográfico, el equilibrio entre regiones a través de estrategias de cohesión más eficaces y la innovación como motor del crecimiento de pueblos y ciudades, así como de la creación de empleo de calidad».

Valcárcel destaca que la política de cohesión es una de las herramientas vitales para garantizar el desarrollo económico y supone del orden del 32,5% del presupuesto comunitario. Globalmente, España sigue siendo receptor neto de las ayudas comunitarias, con unos 960.000 millones para el periodo 2014-2020.

En términos relativos, España recibió de la Unión Europea más dinero que toda Europa con el Plan Marshall. ¿En qué revirtieron los fondos de cohesión en España? Los ejemplos son múltiples pero uno es probablemente el más emblemático; el AVE. «Los fondos de desarrollo regional están en todo lo que nos rodea: cada día nos encontramos con ello sin ser quizá conscientes; hablamos desde una escuela a un puerto, pasando por una carretera o un centro puntero de investigación de nuestra provincia», explica Valcárcel.

Los fondos que alimentan los proyectos supervisados por la Comisión de Desarrollo Regional son el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER); el Fondo Social Europeo (FSE); el Fondo de Cohesión (FC); el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER); y el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

Todos estos fondos los gestionan los propios países de la UE mediante los denominados acuerdos de asociación. El día a día de la Comisión de Desarrollo Regional es un ejercicio continuo de perspectiva y planificación del futuro, así como de observación de la actividad de las instituciones europeas en su conjunto. Por ejemplo, la supervisión del desarrollo tecnológico de las redes de telecomunicaciones y el 5G recae básicamente en la Comisión Europea, que remite su proyecto al Parlamento Europeo. En la cámara será fundamentalmente la comisión de Industria, Investigación y Energía la que asumirá su responsabilidad de supervisión, pero la Comisión de Desarrollo Regional elabora su propio informe desde la óptica que le compete. Así, en ese caso, el ponente Andrew Meyer presentó sus sugerencias a la Comisión Europea para mejorar el futuro marco legal de las redes 5G en Europa para los próximos años.

El bloque central de las ayudas de reequilibrio regional en la actualidad se engloba en el denominado Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que pretende reducir las diferencias entre los niveles de desarrollo de las regiones europeas y el retraso de las regiones menos favorecidas, con menor densidad de población, con desventajas naturales, regiones insulares o montañosas, por ejemplo. A ese objeto se destinarán al menos 325.000 millones de euros (a precios del 2011) entre el 2014 y el 2020, de los que casi 256.000 millones serán para el FEDER y el Fondo Social Europeo (FSE). Este último apoya proyectos relacionados con el empleo e invierte en el capital humano europeo (trabajadores, jóvenes y demandantes de empleo, unos 83.000 millones de euros).

COHESIÓN

Los fondos de cohesión representan también un remarcable instrumento de inversión que contribuye al empleo y al crecimiento en Europa. No en vano se trata de nada más y nada menos para el periodo 2014-2020 de unos 63.400 millones de euros (sin incluir las transferencias al Mecanismo Conectar Europa). El nivel de financiación del Fondo de Cohesión para un proyecto determinado puede alcanzar hasta el 85% de su coste.

Los fondos de cohesión tienen la finalidad general de financiar infraestructuras de transporte, proyectos de educación, salud y medio ambiente. También pueden financiar proyectos en sectores vinculados al desarrollo sostenible, tales como la eficiencia energética y las energías renovables, o incluso destinar recursos a la reconstrucción de zonas tras catástrofes. Estas ayudas están destinadas a los países con un PIB per cápita inferior al 90% de la media de la UE. España está fuera de los países beneficiarios. Iskra Mihaylova considera que es necesaria una mayor participación de las instituciones comunitarias en las políticas urbanas, ya que «la política de cohesión es uno de los principales instrumentos para conseguir que las ciudades europeas sean más competitivas», opina.