Por María Jesús Ibáñez

En un verano como este, en el que las producciones locales de fruta todavía sufren las consecuencias de la sequía, agosto ofrece a los consumidores una segunda oportunidad, con las nuevas cosechas de melones y sandías, de manzanas, peras y ciruelas... Y de todo el espectro y sabor de los melocotones.

Para ayudarte a sobrellevar algo mejor las altas temperaturas de este mes, esta guía alimentaria quiere explicarte qué bebidas refrescantes son las más indicadas para este tiempo y ayudarte a elaborar helados de frutas en casa, aprovechando que las piezas, que este año son algo más pequeñas e irregulares, siguen tan dulces como en temporadas anteriores.

Aromático y dulce, el melocotón es una fruta poco calórica, refrescante e hidratante que ayuda a reducir el colesterol. En agosto, los mercados se llenan de los mejores ejemplares. "Aunque en Catalunya, llevamos ya varias semanas con la cosecha, que empezó a finales de junio en el sur de Lleida y la tierras del Ebre, ahora está llegando a las áreas más frescas, más al norte", detalla Jaume Gardeñes, productor en Térmens (Noguera) y responsable del sector de la fruta dulce en el sindicato Unió de Pagesos.

La recolección, prosigue Gardeñes, durará de hecho hasta septiembre, "cuando estén a punto las variedades que se cultivan en bolsa, conocidas sobre todo por el popular melocotón de Calanda". Es, pues, una campaña larga (y también muy dura para el agricultor, que debe trabajar a pleno sol), que se extiende por la cantidad de variedades que existen. "Antiguamente, sí que era un producto de agosto, pero la reconversión que experimentó el campo hace unos años cambió mucho las cosas", puntualiza el payés.

"En la actualidad, en todo el mundo, se producen alrededor de 500 variedades de melocotones, nectarinas, paraguayos y platerinas, que son esos melocotones planos tipo paraguayo, pero con la piel fina de las nectarinas", explica Gardeñes, que indica que cada temporada pueden llegar a salir entre 15 y 20 variedades nuevas de estos cuatros frutos. Este año, avisa, "como se ha regado menos que en campañas anteriores, estas frutas están siendo de menor calibre que otras veces".

El melocotonero es un árbol de la familia de las rosáceas, procedente de China, donde era emblema del árbol de la vida y su fruto es símbolo de longevidad. Rico en betacaroteno (vitamina A) y vitaminas C y E, el melocotón ayuda a mantener una piel saludable, reduciendo la inflamación y apoyando al sistema inmunológico. Dos piezas al día cubren el 23% de la necesidad diaria de vitamina A, el 50% de la vitamina C y el 15% de la vitamina E. Contiene también potasio, fósforo, magnesio y hierro, que lo convierten en un buen diurético y antianémico.

Para conservar bien los melocotones, te aconsejamos guardarlos en el frigorífico sin apilarlos si están maduros. Pero si se encuentran aún un poco verdes, es mejor dejarlos a temperatura ambiente para que acaben de tomar el punto de madurez.

Pese a sus buenas propiedades para la salud, lo cierto es que el melocotón es también una de las frutas que más alergias provocan actualmente. Hay que tener mucho cuidado, sobre todo con los niños, y estar atentos a que no les provoque picores en diferentes zonas del cuerpo, hinchazón de la lengua y labios, manchas rojas o ronchas en la piel. De ser así, te aconsejamos que lo consultes de inmediato con un médico.

PRECIO EN AGOSTO:

entre 1,99 y 3,87 euros/kilo

Como no siempre es fácil conseguir que los niños coman fruta fresca, o si la que tenéis en casa se madura demasiado rápido, os proponemos una receta para convertirla en helado y tratar de que el postre sea algo más variado y entretenido. Nuestra propuesta será con melocotones (la fruta que hemos escogido este agosto), pero las alternativas son múltiples, desde fresas y grosellas hasta piñas o plátanos.

Los ingredientes

Para preparar helado para cuatro raciones, necesitaremos un cuarto de kilo de melocotones maduros, unas gotas de zumo de limón, una cucharada de miel suave, 100 gramos de azúcar, una cucharadita de esencia de vainilla y 200 mililitros de nata líquida para montar.

La preparación

Lavaremos y secaremos los melocotones y retiraremos las partes demasiado maduras. Los trocearemos, sacando el hueso, y los colocaremos en un cuenco, al que añadiremos las gotas de limón, la miel y el azúcar. La mezcla deberá reposar unos 15 minutos.

La elaboración

Pasado este tiempo, a la mezcla le añadiremos la esencia de vainilla y la nata líquida. Trituraremos todo con la batidora hasta obtener un puré sin grumos y muy fino y lo refrigeraremos hasta que esté frío. Si no tenéis heladera en casa, recordad batir el helado cada poco tiempo, para que no cristalice. Durante la primera hora es conveniente hacerlo cada 10 minutos, y luego espaciar el tiempo hasta que esté helado, pero cremoso.

La conservación

Una vez preparado el helado, para conservarlo en perfectas condiciones, lo cubriremos con un trozo de papel de horno, para que quede completamente tapado. Estos helados caseros deben consumirse como máximo en cuatro días.

Como no siempre es fácil conseguir que los niños coman fruta fresca, o si la que tenéis en casa se madura demasiado rápido, os proponemos una receta para convertirla en helado y tratar de que el postre sea algo más variado y entretenido. Nuestra propuesta será con melocotones (la fruta que hemos escogido este agosto), pero las alternativas son múltiples, desde fresas y frambuesas hasta piñas o plátanos.

Los ingredientes

Para preparar helado para cuatro raciones, necesitaremos un cuarto de kilo de melocotones maduros, unas gotas de zumo de limón, una cucharada de miel suave, 100 gramos de azúcar, una cucharadita de esencia de vainilla y 200 mililitros de nata líquida para montar.

La preparación

Lavaremos y secaremos los melocotones y retiraremos las partes demasiado maduras. Los trocearemos, sacando el hueso, y los colocaremos en un cuenco, al que añadiremos las gotas de limón, la miel y el azúcar. La mezcla deberá reposar unos 15 minutos.

La elaboración

Pasado este tiempo, a la mezcla le añadiremos la esencia de vainilla y la nata. Trituraremos todo con la batidora hasta obtener un puré sin grumos y muy fino y lo refrigeraremos hasta que esté frío. Si no tenéis heladera en casa, recordad batir el helado cada poco tiempo, para que no cristalice. Durante la primera hora es conveniente hacerlo cada 10 minutos, y luego espaciar el tiempo hasta que esté helado, pero cremoso.

La conservación

Una vez preparado el helado, para conservarlo en perfectas condiciones, lo cubriremos con un trozo de papel de horno, para que quede completamente tapado. Estos helados caseros deben consumirse como máximo en cuatro días.

La horchata es la bebida de verano por excelencia, la reina de las terrazas, un caso casi único, en el que su potente sabor y su efecto refrescante superan todos los peros que puedan surgir (uno de ellos, su alto contenido calórico, de unas 170 calorías por vaso). Llegada a España de la mano de los árabes, fue la Comunidad Valenciana la que mantuvo su producción, la que ahora la elabora y la comercializa casi en un 100% y la que, por tanto, se lleva la fama. No en vano, es en esta región donde se cultiva su principal materia prima, la chufa de Alboraya, con denominación de origen. La horchata es rica en vitaminas B, C y E, y también en fósforo, magnesio, zinc, potasio, calcio y hierro. Y como contiene poco sodio, pueden tomarla sin problemas las personas hipertensas.

Hielo troceado (en algunos casos, hay quien lo ralla) y jarabe o zumo de sabores diversos (el más convencional es el limón, pero también los hay de fresa, de menta, de grosella, de cereza). El secreto de un buen granizado es su conservación, de modo que el consumidor pueda masticar los trocitos minúsculos de hielo sin que estos estén congelados. Aunque no lo parezca, el granizado puede llegar a ser bastante calórico, ya que lo siropes con los que se elabora suelen contener generosas cantidades de azúcares o edulcorantes. Por eso los nutricionistas recomiendan un consumo moderado.

Asociados a las dietas saludables, los smoothies son también una bebida ideal para sofocar los calores del verano, aunque muchos los toman como tentempié o comida. Su principal diferencia con los zumos tradicionales es la densidad y textura, ya que, por lo general, el smoothie contiene también la pulpa de la fruta o de la hortaliza con que se elabora. De los batidos se distingue, porque la base para su preparación acostumbra a ser el yogur, en lugar de la leche.

El café y el té con hielo son otra de las alternativas populares para afrontar los rigores veraniegos. Hay quienes simplemente le echan unos cubitos a la bebida caliente (es la versión más extendida en España), pero también los hay quienes elaboran la bebida con más mimo y le añaden una espuma, en el caso de café, o aromas varios, en el caso del té. La cuestión, en las dos opciones, es refrescar sin un exceso de calorías.

Calabacines, pimientos y berenjenas, las hortalizas mediterráneas por excelencia, alcanzan en agosto su punto ideal. En escalivada, a la plancha, en pisto o samfaina y en ensaladas (como la pipirrana) están para chuparse los dedos. Agosto sigue siendo tiempo de cebollas tiernas y de judías verdes. Y, por supuesto, de excelentes tomates, de los cuales ya dimos amplia cuenta en nuestra guía de julio y que siguen a muy buen precio este mes.

Después de un mes de julio de cierta escasez, llega ahora a los mercados el melón de proximidad, el conocido como de piel de sapo, muy dulce y sabroso. Sigue habiendo también peras y manzanas de temporada y muchas, muchas ciruelas (rojas, negras, amarillas y verdes), que se encuentran en su mejor momento del año, recogidas en Aragón, Extremadura y distintos puntos de Catalunya. Y empiezan a verse ya los primeros higos, llegados de Alicante y de distintos puntos de Catalunya.

Agosto llama a la barbacoa, siempre, por supuesto, con las debidas medidas de precaución para evitar que el fuego prenda más allá de nuestra brasa. Es bueno momento de cordero, por ejemplo de chuletas y de pierna cortada a filetes, y también de pollo de payés, más ligero. Ambas carnes son también ideales como platos fuertes en las comidas de fiesta mayor, que tanto se prodigan este mes veraniego.

Los platos de agosto buscan la buena sombra, el sabor de verano y la sensación refrescante. Aquí van algunas propuestas de elaboración rápida y sencilla y con precios asequibles, aprovechando los productos que están estos días de temporada.

Bacalao
con judías tiernas

Aliñado con una salsa holandesa, esta receta aprovecha un producto de temporada sencillo, como son las judías verdes, para acompañar al bacalao, un pescado disponible todo el año.

Un buen pícnic sobre la playa

Nuestros compañeros de Cata Mayor han preparado algunos consejos para organizar mejor una comida o merienda sobre la arena de la playa y que el resultado sea un éxito.

Barquillos caseros para tus helados

Basta un molde (se consiguen a precios asequibles) y un poco de paciencia para elaborar esta masa, con un toque de vainilla y de canela, que hará más delicioso tu helado.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
María Jesús Ibáñez
Diseño e Ilustraciones:
Andrea Hermida-Carro
Imágenes:
Zowy Voeten

Coordinación:
Rafa Julve y Ricard Gràcia

Agradecimientos:
Associació d'Empreses Majoristes de Mercabarna
Jaume Gardeñes, Unió de Pagesos