LA MERCÈ VS SANTA EULÀLIA:
DUELO DE PATRONAS DE BARCELONA

Por Carles Cols

Dos patronas tiene Barcelona desde 1687 porque aquel año una plaga de langostas tenía atemorizada la ciudad y la parroquia local no le pidió ayuda a la santa que hasta entonces velaba por ellos, Eulàlia, sino que, en una imprudencia que terminarían los barceloneses por pagarla cara, le rezaron a la virgen de la Mercè. Aquello no fue ni un trío ni una relación abierta, como se dice ahora, sino una infidelidad, de modo que, en venganza, desde entonces llueve sí o sí durante la fiesta mayor de la Mercè. Cada mes de febrero y cada mes de septiembre, con la festividad de cada patrona, llega otra edición del duelo.

¿Quién era la Mercè?

Virgen solo hay una en la tradición católica. Lo que hay son advocaciones o enclaves dedicados a tal, cual o pascual aparición de María, que unas veces anuncia que brotará un manantial de aguas milagrosas (Lourdes), otras que Rusia caerá en el pecado del comunismo (Fátima) y, en el pasado, incluso para hacer encargos de orden militar. La tradición establece que de forma simultánea se le apareció la virgen a tres prohombres en 1218, al rey Jaume I, al mercader Pere Nolasc y al dominico Raimon de Penyafort. Había que rescatar a los prisioneros cristianos en manos de los sarracenos y, para ello, nada mejor que fundar una orden mitad religiosa, mitad militar: los mercedarios.

Eso no la hizo patrona. Ese ascenso se lo ganó a raíz de un incidente cierto, una plaga de langostas que asoló Barcelona en 1687. Aparece mencionada en las referenciales Rúbriques de Bruniquer’. Los barceloneses se encomendaron a ella para que, cual Hamelín, se llevara a las malditas langostas a otro lugar. A cambio, traidores ellos, la harían patrona de la ciudad. Así fue, aunque formalmente no fue hasta 1868 que Pío IX avaló esa decisión.

¿Quién era Eulàlia?

Eulàlia, Olaya, Laia, Eulària… Es, parece que sin duda alguna, un personaje de ficción, como tantos santos, pero la suya es una de las leyendas más detalladas del martirologio. Nació a las afueras de la romana Barcino a finales del siglo III, fecha oportuna para construir el relato, bajo el reinado de Diocleciano, perseguidor del cristianismo, aunque algunos autores sostienen que menos de lo que la Iglesia sostiene.

Se supone que con 13 años, Eulàlia fue desde lo que hoy es Sarrià al centro de Barcino para reprocharle al gobernador local el mal trato que dispensaba a los cristianos. La condenó a tantos suplicios como años tenía, 13. Fue encarcelada, azotada, descarnada con garfios, abrasada, limada con piedras, hervida en aceite, después en plomo derretido, arrojada por una pendiente dentro de un tonel lleno de cristales y pinchos, servida como manjar para pulgas, exhibida desnuda (después de todo lo anterior, por cierto) y crucificada al final en una aspa. Así, y con algunas hazañas post mortem que luego serán citadas, se ganó el patronazgo de la ciudad.

La Mercè, calle y plaza

Cuando la calle Ample era (como es fácil deducir por su nombre) una vía muy importante de la Barcelona amurallada, la virgen de la Mèrcè tenía a su nombre una calle paralela, que no es poco. Es una calle, además, con una plaza anexa del mismo nombre. Doble honor, pues. Con esos reconocimientos se sube al ‘ring’ la patrona en cuyo honor se celebra la fiesta mayor de la ciudad. ¿Ganará?

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La calle de la Mercè.

La calle de la Mercè.

Otra zona del carrer de la Mercè.

Otra zona del carrer de la Mercè.

La plaza de la Mercè.

La plaza de la Mercè.

Santa Eulàlia, una 'baixada' y...

...dos calles (una en Gràcia y otra en Sarrià), un arco, una plaza, una paseo, un pasaje y, sobre todo, una ‘baixada’ o, dicho de otro modo, una callecita en pendiente por donde se supone que rodó la pobre Eulàlia dentro de un tonel. Allí, en un rincón muy fotogénico de ese barrio Gòtic impostado de Barcelona, hasta tiene la santa un pequeño altar. El resultado de este asalto del duelo de patronas no admite discusión: Eulàlia gana.  

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La plaza de santa Eulàlia. Foto: Google

La plaza de santa Eulàlia. Foto: Google

El paseo de Santa Eulàlia. Foto: Google

El paseo de Santa Eulàlia. Foto: Google

La calle de Santa Eulàlia, en Gràcia. Foto: Google

La calle de Santa Eulàlia, en Gràcia. Foto: Google

El carrer Nou de Santa Eulàlia. Foto. Google

El carrer Nou de Santa Eulàlia. Foto. Google

Pasaje de Santa Eulàlia. Foto: Google

Pasaje de Santa Eulàlia. Foto: Google

La Mercè, una basílica

Un edificio barroco en mitad de un barrio gótico. La Mercè tiene a su nombre en Barcelona una basílica, pero menor, porque así lo decidió en 1918 Benedicto XV, un Papa marianista de aúpa. Allí se celebra cada año con motivo de la festividad de la Mercè una misa que antaño formaba parte del programa oficial de la fiesta mayor hasta que, visto el descreimiento galopante de los barceloneses y de no pocos concejales del ayuntamiento, dejó de formar parte de los festejos municipales. Eso es un punto en contra en este duelo de patronas. A su favor podría anotarse que allí se presenta la plantilla del FC Barcelona cada vez que gana un título, aunque según la racha del club puede que recordarlo no sume puntos.

Santa Eulàlia, una catedral y 13 ocas

El nombre, con todos sus apellidos, es Santa Iglesia Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulàlia de Barcelona. Es la Catedral. En una cripta bajo el presbiterio reposan los restos, o a saber qué, de la santa, cuya existencia real se discute. Se considera el conjunto del edificio una obra gótica, aunque su imagen más representativa, la fachada, se levantó ya comenzado el siglo XX. Eclipsa en importancia y como atractivo turístico a la Basílica de la Mercè, cierto, pero ambas palidecen al lado de Santa Maria del Mar. A la Catedral no peregrinan ni políticos ni futbolistas, pero en su claustro viven lozanas siempre 13 ocas, una por cada suplicio de la santa.  

Ocas del claustro de la Catedral. Foto: Martí Fradera

Ocas del claustro de la Catedral. Foto: Martí Fradera

La Mercè, una fiesta mayor hasta en los carteles

Lo mejor de cada casa de la ilustración, la pintura, el grafismo y otras artes ha participado en la elaboración del cartel oficial de la Mercè, que no han desdeñado, en ocasiones, la oportunidad de ponerle cara a la patrona de la ciudad. Como en la edición de 2022, por partida triple: de niña, de adulta y de anciana.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 1902, el más antiguo que conserva el Museu del Disseny.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 1902, el más antiguo que conserva el Museu del Disseny.

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Cartel de las fiestas de la Mercè de 2022.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2022.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2021.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2021.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2020.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2020.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2019.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2019.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2018.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2018.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2017.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2017.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2016.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2016.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2011.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2011.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2005.

Cartel de las fiestas de la Mercè de 2005.

Eulàlia, una fiesta menor hasta en los carteles

Eulàlia, como la Mercè, forma parte a menudo de la cartelería de las fiestas en su honor, pero claro, tenía 13 años la santa, y esa tal vez sea la razón por la que el diseño general de esa obra recuerda mucho, en exceso quizá, a las ilustraciones de cualquier libro de cuentos infantiles.

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La Santa Eulàlia de las fiestas de 2021 y 2022.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2021 y 2022.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2017.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2017.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2013.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2013.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2012.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2012.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2010.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2010.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2009.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2009.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2008.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2008.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2007.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2007.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2005.

La Santa Eulàlia de las fiestas de 2005.

Barcelona y Mercedes (el nombre, no el coche) fueron indisociables hasta finales de los años 50. En aquella década fueron bautizadas como Mercedes 1.540 niñas, 532 lo fueron como Mercè y tras 479 tenía por nombre la fórmula compuesta de María de las Mercedes. 'Montses' y 'Carmenes' ocupaban la cima, eso sí, de los 50 nombres más elegidos por los padres para las niñas, una clasificación en la que no figuraban dentro de ese margen de la media centena las 'Eulàlias' en ninguna de sus variantes. No fue hasta los años 80 en que comenzó a reinar la santa en su versión de una consonante y tres vocales, Laia. De los años 80 son 862 'Laias', 933 lo son de los 90 y 1.474 nacieron en la primera década de este siglo. De 2010 a la actualidad, en años de pésima fecundidad, son 927, solo por detrás de otros dos nombres muy populares, Martina y Júlia.

Santa Madrona, tercera en discordia

Santa Madrona.

Santa Madrona.

Una ciudad capaz de tener dos templos para expiar sus pecados, Sagrada Família y Tibidabo, ¿puede tener tres patronas? Por supuesto. Santa Madrona, otra figura del martirologio, supuestamente barcelonesa de nacimiento y muerta terriblemente en Tesalónica, fue durante un tiempo la tercera patrona de la ciudad. Sus reliquias reposaron en varias iglesias de la capital. Su última dirección postal fue una parroquia de la calle de Tapioles, en Poble-sec, hasta, ¡ay!, la Setmana Tràgica, en que sus restos fueron profanados. El detalle a destacar, sin embargo, es otro. A ella se recurría en tiempos de sequía para que lloviera. Pobre fiesta de la Mercè.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Carles Cols
Diseño: Andrea Hermida-Carro
Imágenes: Manu Mitru
Coordinación: Rafa Julve y Ricard Gràcia