La primera fachada 'fake' de la catedral de Barcelona

En 1890 la fachada neogótica que hoy conocemos no sustituyó al muro inacabado desde el siglo XV, sino a una fachada gótica de "ficción" (pintada, por cierto, a cuadros azules) creada con motivo de la boda en Barcelona del futuro Fernando VII, que con los años acabó en un estado desastroso. Pero que nos hemos propuesto reconstruir.

Echemos la vista atrás.

Quienes hayan tenido un mínimo de curiosidad sobre la historia de la catedral de Barcelona sabrán que su fachada actual es una recreación neogótica. E incluso conocerán la fotografía en que se ve el lamentable estado en que se encontraba antes de empezar esas obras. Pero no, lo que se ve en ella no es exactamente aquella fachada inacabada que pasó cinco siglos en barbecho, sino los restos de otra intervención provisional, con una peculiar interpretación del estilo gótico y una historia tan interesante como olvidada. Una historia por la que desfilan Carlos IV y el futuro Fernando VII, una ciudad ansiosa por complacerles, una dinastía de arquitectos, un pintor hoy no demasiado reconocido y el cronista ocioso de la ciudad que fue Rafael de Amat y Cortada, el baró de Maldà.

Una fachada inacabada

A principios del siglo XV se acabaron las obras de las tres naves de la catedral de Barcelona, y se cerró su frontal con un muro liso, con simples huecos para los ventanales y el portal y que debía servir de base para aplacar la fachada definitiva que se le debía superponer. La intención era no dejar la obra empantanada, por supuesto. Pero así llegó a finales del siglo XIX.

En 1408, el maestro Carlí dibuja el que debía ser el portal mayor, que debía recubrir la puerta que se había abierto de cara al futuro pla de la Seu. La fachada realizada en 1890 se inspiraría en este diseño: no fue exactamente un 'invento' como dicen los más iconoclastas.

Grabado de J. F. Monfort (1845) que reproduce y completa el plano de 1408 conservado en el archivo capitular de la Catedral

Grabado de J. F. Monfort (1845) que reproduce y completa el plano de 1408 conservado en el archivo capitular de la Catedral

Francesc Climent Sapera, obispo de Barcelona de 1410 a 1430, envía en 1418 al arquitecto Bartomeu Gual a estudiar el cimborrio de la catedral de València, que debería servir de modelo para el de Barcelona. Mientras tanto, se habilitó una cubierta provisional, con techo de madera y tejas.

Cimborrio de la catedral de València que debía servir de modelo para el de Barcelona

Cimborrio de la catedral de València que debía servir de modelo para el de Barcelona

Pero las obras quedan interrumpidas a la muerte del obispo Sapera, en 1430. De todos sus proyectos para la fachada solo se llega a realizar el zócalo.

Foto: Joarizti y Mariezcurrena / Arxiu Fotogràfic de Barcelona

Foto: Joarizti y Mariezcurrena / Arxiu Fotogràfic de Barcelona

Pasan los siglos sin que nadie prosiga las obras, hasta 1887. Los estudiosos de la fachada refieren que en 1802 se blanqueó o revocó la fachada, con motivo de la boda del futuro Fernando VII.

Pero en realidad se hizo algo más que eso...

Una puerta intrigante

Las publicaciones sobre la catedral o no dicen nada de ella, o deducen que podría ser un portal renacentista, con una arcada de casetones, construido en el siglo XVI para adecentar la catedral. La definición de esta fotografía invita a la confusión. Pero es extraño que nadie hiciese mención de él, ni que se recuperasen o conservasen sus restos, ni se documentasen.

Pero lo cierto es que si algo se hizo entre 1430 y 1802, aparte de los vitrales, no lo hemos llegado a conocer. Lo que vemos en la fotografía son los restos de la creación de una fachada trampantojo. El arquitecto Josep Oriol Mestres, coautor de la futura fachada, la describe así en su memoria a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de 1887.

“La fachada de nuestra Catedral tal como hoy existe presenta un efecto lastimoso. Un gran lienzo de muro revocado y pintado de un color azul indefinible con líneas horizontales y verticales como queriendo imitar las juntas de los sillares, obra instantánea de 1802 con motivo de los casamientos reales verificados en esta ciudad"

El archivo capitular de la Catedral conserva esta fotografía de 1887, en gran formato y con buena definición. Y que llevó a la conclusión al delegado de patrimonio del obispado, Mosén Robert Baró, de que la puerta era una simple decoración pintada sobre un portal plano. Probablemente en ese 1802.

Se puede observar cómo la decoración estaba ya medio borrada. Y en los planos de la catedral levantados en 1861 se evidencia que portal y fachada eran lisos, sin ningún elemento en relieve.

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Una acuarela del pintor italiano Joaquín Mosterini, de mediados del siglo XIX, que formaba parte de un álbum familiar adquirido en los años 90 por la Reial Acadèmia de Belles Arts Sant Jordi y conservado en su archivo, nos da una idea coloreada de cuál sería el aspecto de la Catedral a mediados del siglo XIX. Podemos ver unas tonalidades extrañas, y una decoración arquitectónica que no acaba de apreciarse en las fotos más conocidas de la fachada previa su reforma.

Pero el vaciado del diario del baró de Maldà, en su mayor parte inédito, nos da muchísima más información. En su 'Calaix de Sastre', el barón explica los motivos de la decoración pictórica, nos descubre el nombre de su autor y narra día a día la intervención en la fachada de la catedral.

¡Una boda real,
y la catedral sin acabar!

En verano de 1802, el rey de España, Carlos IV, anuncia a las autoridades barcelonesas que las cortes de España y Nápoles se desplazarán a Barcelona en octubre para celebrar las bodas del heredero español, el infante Fernando, con una infanta napolitana. Y la del heredero de Nápoles con una infanta española.

Una boda de familia con dos cortes borbónicas invitadas pone a la ciudad de patas arriba: se restaura el Palacio Real, Santa Maria del Mar, donde se celebrará la boda, el paseo de la Explanada, se pavimentan calles, se encalan fachadas, se programan bailes, se construye la primera plaza de toros en la Barceloneta… Cuando entre Carlos IV en Barcelona lo hará en un carro tirado no por caballos, sino por los representantes de los gremios de la ciudad para expresar su "amor, gratitud y vasallaje". Lo hace justo el 11 de septiembre. Solo han pasado 88 años desde 1714: ahora las élites de la ciudad se desviven por mostrar su fidelidad.

Grabado que reproduce el carro triunfal en el que entró Carlos IV a Barcelona el 11 de septiembre de 1802.

Grabado que reproduce el carro triunfal en el que entró Carlos IV a Barcelona el 11 de septiembre de 1802.

¿Y la catedral? Algo habrá que hacer. Y en apenas unos meses.

El 16 de julio, los canónigos ponen manos a la obra, nos explica el barón de Maldà. Solo tienen tres meses por delante: al Rey se le recibirá con un Te Déum en la impresentable catedral

El barón de Maldà.

El barón de Maldà.

“Sobre del Front, o Fatchada, tant fosca en sas pedras ab prou desigualtat que ixen en fora de la Yglesia Cathedral, per disposició del molt Illtre. Capitol se passa a igualar y millorar en lo que capia per la vinguda de Ss. Rs. Ms per la gran Funcionassa en sa asistencia a dita Santa Yglesia del Te Deum”

18 de julio:

El barón nos explica que el día siguiente empezarán las obras: la decoración la creará el pintor Tomàs Solanes, responsable de la decoración del propio palacio Maldà y de la casa del poeta Cabanyes de Vilanova i la Geltrú.

Per comensar demá a traballar en sá renovació, rebossantli donantli color de pedra, a dirección això del Sr. Thomás Solanas Famós Academich de pintura, y yá que no es feta la Portalada de la Yglesia Cathedral, per lo tant costosa que sería, y no haverhi gaires diners, suplirá esta renovació, y fará diferent Figura, de la que fins ara hem vist”

El encargo es simular en lo posible que la fachada parezca acabada en su estilo gótico original:

25 de julio:

"Lo Sr. Solanas que ho dirigeix ab la pericia pintoresca, dissimulará, ab una perspectiva sin igual, lo que devia ser lo Frontispici de la Seu, a haverse emprés lo gran projecte de poch en poch de anarse treballant una Portalada, com correspón á una obra tant fina gótica, com es dintre, costats y detrás de esta Yglesia Cathedral de Barcelona".

“retocat tot aquell Frontís de la Seu, dissimulará en ficció lo que seria realitat, a ser llesta sa gran Portalada”.

Recibo por valor de 340 libras catalanas de Tomàs Solanes por "los pintados que sean echo en la fachada y portal Mayor". Arxiu Capitular de Barcelona

Recibo por valor de 340 libras catalanas de Tomàs Solanes por "los pintados que sean echo en la fachada y portal Mayor". Arxiu Capitular de Barcelona

Entre la exhaustiva contabilidad de la obra, archivo de la catedral también conserva el recibo autógrafo del pago al pintor Tomàs Solanes.  El arquitecto de la catedral, Josep Mestres Ximenes, es el responsable del conjunto de la reforma de la fachada: semanalmente pasa factura de los gastos en material y los jornales de entre 15 y 25 paletas, 13 aprendices y un picapedrero. El primero en la nómina de aprendices es ’Josep Mestres menor‘, su hijo Josep Mestres Gramatxes, arquitecto de la Catedral entre 1814 y 1832 y a su vez padre de Josep Oriol Mestres, coautor del posterior proyecto de reforma de la catedral con Manuel Girona y padre del poeta y dibujante Apel.les Mestres.

Una fachada a vista de lupa

El barón del Maldà nos ayuda a entender qué vemos en esta foto de 1887: aún podemos ver los restos de aquella fachada provisional de 1802.

Un revoque de mortero blanco

La fachada fue rebozada con una capa de mortero blanco, que con los años se fue desprendiendo.

“Queda ya blanch, y vestit de nou lo tosco Frontispici de la Seu, fins a mitgs ventanals de las dos capellas fins á acabar dalt la blancura, y allisament de aquell gran fachada de la Yglesia Cathedral”.

A cuadros azules

Después fue pintada de un color azulado que imitase la piedra, con líneas blancas marcando las juntas, una solución típica en la arquitectura barcelonesa del XVIII.
“Ab tot son rebosso Blanch, se li dona un color fosch com fescia antes ab rallas blancas en la Figura de las pedras”.

Arcos góticos

Sobre el arco se pintan una galería de arcos góticos bajo una repisa embaldosada, en una disposición aparentemente inspirada en la puerta de Sant Iu de la Catedral o la fachada de Santa Maria del Pi.

Apenas se distinguen en la fotografía, pero en grabados contemporáneos los dibujantes intentan resaltarlos.

Grabado de L. Urgellés publicado en 'La Ilustración' a partir de la fotografía de Joarizti y Mariezcurrena.

Grabado de L. Urgellés publicado en 'La Ilustración' a partir de la fotografía de Joarizti y Mariezcurrena.

"Se figura una balustrada gòtica ab dibuixos de arquitectura sobre la volta del Portal major de la Seu"

Falso casetonado

El arco se decora con un falso casetonado pintado con motivos góticos, como el cuadrifolio tan barcelonés presente ya en el coro de la Catedral.

Detalle del lateral del coro de la Catedral

Detalle del lateral del coro de la Catedral

"En quant al Frontispici de la Yglesia Cathedral se hi va continuant la postura, o Perspectiva gòtica en sá arcada sota de la que es lo Portal major"

Falsas columnas

La puerta está flanqueda por falsas columnas también pintadas..

"Portal gotich de la Portalada; hueco del Portal major, y costats del Portal está tant bé com que apár, mes prest pedra que pintura"

5. El tímpano

El tímpano está decorado con un enrejado de motivos góticos
"Aixis també uns enrexats per lo mateix gust gotich, sobre de aquell principi de Portalada"

Cenefas con motivos góticos

Aunque en este caso el barón no lo describa, una cenefa con motivos góticos integra el zócalo del siglo XV y la decoración del XIX. Una de las características de la catedral de Barcelona, destaca el delegado de Patrimonio del Arzobispado, Mn. Robert Baró, es que en todas las intervenciones en la catedral a lo largo de los siglos se ha renunciado al gusto artístico de cada momento, intentando respetar y completar el conjunto gótico medieval.

A partir de estas imágenes y descripciones, y tomando como referencia el Pla de Color utilizado como guía para la restauración de los esgrafiados de Ciutat Vella, la imagen que encontró la Corte de Madrid cuando entró solemnemente a la catedral el 12 de septiembre de 1802 no sería muy distinta de lo que muestra esta restitución hipotética

¿Y qué les pareció ese decorado a los barceloneses?

Volvamos al baró de Maldà. No solo era un rentista con mucho tiempo libre para anotar el día a día de las obras. Era también el típico barcelonés gruñón, que critica el desastre que se está cometiendo pero al final concluye que la cosa no ha quedado tan mal. Y su relato tienes momentos de deliciosa crónica social y de comicidad a veces naïf.

Primero se lamenta de que se hará un 'pegat'.

29 de julio:Per dissimular un tant las grossas pedras que eixian al davant ab molts forats, que eran altres tants nius de olibas, esparvés y mussols, se ha rebossada tota aquesta paret y se diu que li donaran perfils amb lo color de la pedra imitat, y después amb lo motiu de la vinguda de Ss. Ms. se farà alguna cosa de frontis de perspectiva, y la Portalada quedará com se estaba ab lo dissimulo del rebosso, que en una Cathedral tant magnifica es una xavacanada, y en altres formes un pegát. (…)veurém si tendrá afecte, o si se quedará la tal Portada, com fins ara semblant al Portal del Pesebre de Betlém.

Fragmento del 'Calaix de Sastre'. Copia digitalizada por el Arxiu Històric de la Ciutat.

Fragmento del 'Calaix de Sastre'. Copia digitalizada por el Arxiu Històric de la Ciutat.

Pero el 6 de agosto considera que la puerta mejorará esa imagen tan lamentable:

“El Portal major que apár tendrá a tot aquell vacuo de pedras que ya no paraserá Portal de entrada a un Tallé, o Magatsem com abans”.

Y finalmente, el 21 de septiembre, parece ya convencido

“En quant al Frontispici de la Seu, queda ya enterament acabat aixi també Blanch, en lo frontispici gotich de pedra de sa Portalada, y tot lo demés pintat, segons tinc notat, representant el tot un bell obgecte”.

Y al final...

La construcción de la fachada moderna de la Catedral, paso a paso

Pero un rebozo de mortero y una mano de pintura pueden dar el pego en un apuro pero no aguantan mucho en la húmeda Barcelona. Ya en 1860 el financiero Manuel Girona propone acabar con (en palabras de su colaborador, el arquitecto del templo Josep Oriol Mestres), “el triste espectáculo que ofrecía la miserable fachada de nuestra catedral”.

El proyecto original de Girona, firmado por Mestres, no logra el consenso. Las diversas propuestas se suceden y la Catedral no ve acabada su fachada hasta 1913. La fachada que hoy podemos ver. Esa es otra historia...

Este es el primer proyecto firmado por Josep Oriol Mestres. Se arriesga a abrir un rosetón en la fachada.

Este es el primer proyecto firmado por Josep Oriol Mestres. Se arriesga a abrir un rosetón en la fachada.

Tras el azaroso periodo de la Revolución Gloriosa y Primera República, llega la Restauración y se retoma el proyecto: Girona propone, con los planos firmados por Mestres, una solución más fiel a la traza del maestro Carlí, con dos propuestas para el cimborrio, una más modesta....

Tras el azaroso periodo de la Revolución Gloriosa y Primera República, llega la Restauración y se retoma el proyecto: Girona propone, con los planos firmados por Mestres, una solución más fiel a la traza del maestro Carlí, con dos propuestas para el cimborrio, una más modesta....

Y la otra más atrevida, pendiente de saber si la estructura soportará un cimborrio de más altura.

Y la otra más atrevida, pendiente de saber si la estructura soportará un cimborrio de más altura.

El proyecto se lleva a cabo, dejando para más adelante la espinosa cuestión del cimborrio. Así queda la fachada en 1890: la opinión pública protesta. Se ha impuesto la voluntad de quien paga las obras y, desde Madrid, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El proyecto se lleva a cabo, dejando para más adelante la espinosa cuestión del cimborrio. Así queda la fachada en 1890: la opinión pública protesta. Se ha impuesto la voluntad de quien paga las obras y, desde Madrid, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Porque frente al proyecto de Mestres y Girona en 1883, que intentaba ser fiel a la horizontalidad y austeridad del gótico catalán, se había planteado como alternativa, con el apoyo de los grandes nombres del Modernisme, este proyecto de Joan Martorell. Una gigantesca aguja neogótica, más inspirada en la verticalidad del gótico del norte de Europa.

Porque frente al proyecto de Mestres y Girona en 1883, que intentaba ser fiel a la horizontalidad y austeridad del gótico catalán, se había planteado como alternativa, con el apoyo de los grandes nombres del Modernisme, este proyecto de Joan Martorell. Una gigantesca aguja neogótica, más inspirada en la verticalidad del gótico del norte de Europa.

La presión sigue. Se tapa rápidamente la fachada y se le añaden dos torres laterales, y gabletes a los ventanales para ganar verticalidad: algunas ideas del proyecto de Martorell se han introducido de tapadillo. Años después el cimborrio se desmonta, y se refuerzan los arcos de su base: será necesario para lo que le viene encima.

La presión sigue. Se tapa rápidamente la fachada y se le añaden dos torres laterales, y gabletes a los ventanales para ganar verticalidad: algunas ideas del proyecto de Martorell se han introducido de tapadillo. Años después el cimborrio se desmonta, y se refuerzan los arcos de su base: será necesario para lo que le viene encima.

Porque no es suficiente esta segunda versión. Barcelona quiere que su catedral tenga una aguja que sea imponente. Y la de Martorell llegaba a los 97 metros. El sucesor de Mestres, August Font, ya había planteado años antes este otro proyecto alternativo con un cimborrio más moderado, de 75 metros.

Porque no es suficiente esta segunda versión. Barcelona quiere que su catedral tenga una aguja que sea imponente. Y la de Martorell llegaba a los 97 metros. El sucesor de Mestres, August Font, ya había planteado años antes este otro proyecto alternativo con un cimborrio más moderado, de 75 metros.

August Font, sucesor de Mestres, esboza ideas...Finalmente, se plantea alcanzar una altura de 90 metros. Reproduce los contrafuertes del claustro y los vitrales del ábside para integrar el nuevo cimborrio y aguja en el conjunto.

August Font, sucesor de Mestres, esboza ideas...Finalmente, se plantea alcanzar una altura de 90 metros. Reproduce los contrafuertes del claustro y los vitrales del ábside para integrar el nuevo cimborrio y aguja en el conjunto.

Y este es el resultado final. La catedral de Barcelona tal y como la conocemos desde 1913.

Y este es el resultado final. La catedral de Barcelona tal y como la conocemos desde 1913.

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Este es el primer proyecto firmado por Josep Oriol Mestres. Se arriesga a abrir un rosetón en la fachada.

Este es el primer proyecto firmado por Josep Oriol Mestres. Se arriesga a abrir un rosetón en la fachada.

Tras el azaroso periodo de la Revolución Gloriosa y Primera República, llega la Restauración y se retoma el proyecto: Girona propone, con los planos firmados por Mestres, una solución más fiel a la traza del maestro Carlí, con dos propuestas para el cimborrio, una más modesta....

Tras el azaroso periodo de la Revolución Gloriosa y Primera República, llega la Restauración y se retoma el proyecto: Girona propone, con los planos firmados por Mestres, una solución más fiel a la traza del maestro Carlí, con dos propuestas para el cimborrio, una más modesta....

Y la otra más atrevida, pendiente de saber si la estructura soportará un cimborrio de más altura.

Y la otra más atrevida, pendiente de saber si la estructura soportará un cimborrio de más altura.

El proyecto se lleva a cabo, dejando para más adelante la espinosa cuestión del cimborrio. Así queda la fachada en 1890: la opinión pública protesta. Se ha impuesto la voluntad de quien paga las obras y, desde Madrid, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El proyecto se lleva a cabo, dejando para más adelante la espinosa cuestión del cimborrio. Así queda la fachada en 1890: la opinión pública protesta. Se ha impuesto la voluntad de quien paga las obras y, desde Madrid, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Porque frente al proyecto de Mestres y Girona en 1883, que intentaba ser fiel a la horizontalidad y austeridad del gótico catalán, se había planteado como alternativa, con el apoyo de los grandes nombres del Modernisme, este proyecto de Joan Martorell. Una gigantesca aguja neogótica, más inspirada en la verticalidad del gótico del norte de Europa.

Porque frente al proyecto de Mestres y Girona en 1883, que intentaba ser fiel a la horizontalidad y austeridad del gótico catalán, se había planteado como alternativa, con el apoyo de los grandes nombres del Modernisme, este proyecto de Joan Martorell. Una gigantesca aguja neogótica, más inspirada en la verticalidad del gótico del norte de Europa.

La presión sigue. Se tapa rápidamente la fachada y se le añaden dos torres laterales, y gabletes a los ventanales para ganar verticalidad: algunas ideas del proyecto de Martorell se han introducido de tapadillo. Años después el cimborrio se desmonta, y se refuerzan los arcos de su base: será necesario para lo que le viene encima.

La presión sigue. Se tapa rápidamente la fachada y se le añaden dos torres laterales, y gabletes a los ventanales para ganar verticalidad: algunas ideas del proyecto de Martorell se han introducido de tapadillo. Años después el cimborrio se desmonta, y se refuerzan los arcos de su base: será necesario para lo que le viene encima.

Porque no es suficiente esta segunda versión. Barcelona quiere que su catedral tenga una aguja que sea imponente. Y la de Martorell llegaba a los 97 metros. El sucesor de Mestres, August Font, ya había planteado años antes este otro proyecto alternativo con un cimborrio más moderado, de 75 metros.

Porque no es suficiente esta segunda versión. Barcelona quiere que su catedral tenga una aguja que sea imponente. Y la de Martorell llegaba a los 97 metros. El sucesor de Mestres, August Font, ya había planteado años antes este otro proyecto alternativo con un cimborrio más moderado, de 75 metros.

August Font, sucesor de Mestres, esboza ideas...Finalmente, se plantea alcanzar una altura de 90 metros. Reproduce los contrafuertes del claustro y los vitrales del ábside para integrar el nuevo cimborrio y aguja en el conjunto.

August Font, sucesor de Mestres, esboza ideas...Finalmente, se plantea alcanzar una altura de 90 metros. Reproduce los contrafuertes del claustro y los vitrales del ábside para integrar el nuevo cimborrio y aguja en el conjunto.

Y este es el resultado final. La catedral de Barcelona tal y como la conocemos desde 1913.

Y este es el resultado final. La catedral de Barcelona tal y como la conocemos desde 1913.

Pero bajo la nueva fachada escondido sigue el muro original del siglo XV, que se prolonga hacia la capilla de Santa Llúcia.

Del él que apenas se pueden ver una pequeña muestra en la ventana central del templo, sobre el portal.

Si quieres saber más sobre ese episodio de la historia de la catedral de Barcelona...

Texto con información adicional:

O leer la transcripción completa de las notas del baró de Maldà en su 'Calaix de Sastre':

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Ernest Alós
Infografía: Alex R. Fischer
Coordinación: Rafa Julve

Agradecimientos:
Mossèn Robert Baró
Arxiu Capitular de Barcelona
Arxiu de la Reial Acadèmia de Belles Arts Sant Jordi
Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona
Arxiu del Col·legi d'Arquitectes de Barcelona
Arxiu de la Càtedra Gaudí