Cuando vuelves a casa en taxi a lo Blac Chyna

A todas nos ha pasado. Ese momento en el que tienes que volver a casa después de una noche muy divertida en la que te has hidratado de lo lindo y has dicho unas 70 veces "la penúltima y me voy".

Llega el momento de emprender la vuelta a casa con la mejor de las caras posibles, y claro, llega la odisea de tener que pillar un taxi a esa hora en la que los taxistas están dormidos, y se produce la caza zombie a la salida del garito.

Primero respondes al: "pero, ¿estás bien para irte sola?" de tu grupo de amigos, con la mítica comprobación de control de alcoholemia.

Tras mil y una posturas para convencer a tus amigos de que estás preparada para tu marcha, aunque no sea verdad, llega el terrible momento de esperar a que llegue un taxi. Intentas disimular el tambaleo de tu cuerpo producido por el sueño (y por lo que no es el sueño), e inevitablemente una cara de dignidad absoluta se pone en tu cara.

Cuando llega el ansiado taxi y entras como un elefante en una cacharrería, hay que decir la dirección sin que se note mucho que te cuesta recordarla y pronunciarla. Pero todo se arregla adoptando una postura correcta y muy normal.

Ya llegas, el taxi se va acercando y tienes que pagar, pero claro, te has gastado todo lo que tenías en esas cuatro copas y que llevaban el título de 'la última'.

Es el momento de mencionar la palabra más dura de la noche, esa que se puede convertir en tu acierto o tu perdición.

¿Tienes datáfono?

Si la respuesta es sí, se terminó la odisea, si la respuesta es no... Bueno, eso es otro capítulo.

Lo que sí es cierto, es que aunque en tu cabeza tengas el aspecto de Blac Chyna (29), lo más seguro es que seas algo parecido a esto: