María Castro sale a la calle sin mirarse al espejo y... ¡Sorpresa!

María Castro es una de esas personas que transmite optimismo y alegría en su perfil de Instagram, sin embargo hay veces que la vida le supera, como a todo el mundo, sobre todo a raíz de tener dos niñas pequeñas en casa, como hace unos días cuando quiso compartir con sus seguidores su frustración por las malas noches que le da últimamente su hija pequeña, Olivia, que nació el pasado mes de octubre.

"Porque la maternidad es LO MEJOR QUE ME HA PASADO EN LA VIDA..,eso que vaya por delante, pero tiene sus luces y sus sombras. Sea por lo que fuere (hitos de desarrollo, crisis de crecimiento, cualquier cosa que se le pase a Olivia por la cabecita y que desconozcamos…) , llevamos una semana nocturna complicada... pero es que esta noche... ESTA NOCHE...se ha convertido en la fiesta de los despertares!!! A partir del decimoquinto he dejado de contar...:me he pasado más parte de la noche de pie que sentada, más tiempo sin camiseta para dar de mamar que con ella puesta, más tiempo hablando a un bebé que aún no me entiende que callada... Resultado final... me he quedado dormida esta mañana!"

Claro, con ese descanso nocturno no nos extraña nada que ayer le pasase lo que le pasó: salió a la calle sin mirarse siquiera al espejo y al volver se dio cuenta de que todo el rato que estuvo fuera llevaba en la frente dos pegatinas de corazones. Así lo contó en su perfil.

"Cuando sales a la calle sin chequearte en el espejo y entonces vuelves a casa y te das cuenta de que has salido con esto puesto", decía la actriz señalado las pegatinas de su frente. Y continuaba: "¡Unas pegatinas! ¿Y por qué me pasa esto? Porque no me miro al espejo, esto es lo que pasa. Bueno al menos me va con la coleta, y son corazones de amor, es lo que hay", bromeaba.

Además, la cosa no ha quedado ahí porque esta mañana, al ir a buscar en el bolso su maquillaje para retocarse antes de la ruda de prensa que ha ofrecido esta mañana en el Teatro Olimpia de Valencia, donde ha presentado su obra, se ha dado cuenta de que en lugar de maquillaje se había traído otra cosa un poco menos 'beauty', uno de los zapatos de su hija.

¡Ánimo, María, que vendrán tiempos menos caóticos!