Justin Bieber hace 'topless' en las calles de Nueva York

Iniciando operación moreno.

Justin Bieber no se aclara
Justin Bieber no se aclara / Pap Nation / Splash News

Justin Bieber (24) tiene un verano complicado. Uno no se enamora todos los días y ni muchísimo menos tiene que preparar la que promete ser la boda del año, o si nos apuras, del milenio. Como lo oyes, se nos casa con Hailey Baldwin, y claro, el pobre no habrá tenido tiempo para ir a la playita o a la pisci. Así que para darle melanina al cuerpo se ha tirado a las calles de Nueva York medio desnudo. Sol, solito caliéntame un poquito.

O eso, o que está tan nervioso que ya no sabe ni dónde tiene la cabeza. Demasiadas emociones en tan poco tiempo. ¿Qué habrá opinado su prometida de que vaya enseñando torso y espalda a todas las neoyorquinas? Seguro que algo bueno, porque la modelo está tan pillada que todo le parece bien... Incluso aquellas cositas de pareja que no molan tanto.

El amor todo lo puede.
El amor todo lo puede.

El caso es que Justin Bieber, no sabemos por qué razón, se ha lanzado a las calles de la Gran Manzana con zapatillas de deporte, calcetines y calzones rojos. Para de contar. La camiseta brilla por su ausencia en esta historia. El cantante lucía sus tatuajes a pleno sol, hasta que llegó un momento en el que parecía algo agobiado. Si ya lo dicen por la tele, que cuidadito con el sol, que te deja como una "cocreta" en menos que canta un gallo.

Resulta sorprendente que solo el día anterior nos regalase una estampa de lo más invernal. Con sudadera 'oversize', pantalón de chándal y gorra flúor paseaba por la misma ciudad de la mano de su novia Hailey. Nos da 'calufa' solo de verlo. Queda demostrado que este niño no es de entretiempos y que le van los contrastes.

Justin, vas a criar pollitos.
Justin, vas a criar pollitos.

No sabemos si Justin ha querido unirse al famoso movimiento "Free the nipple" en honor a su chica y su conocido 'squad', pero lo que sí sabemos es que este niño necesita vacaciones. Te regalamos las fotos porque no tienen desperdicio alguno. ¿Con qué nos deleitarán los tortolitos la próxima vez?

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