Alejandro Sanz tiene el corazón partío de tantos latidos que ha vendido por NFT

Dicen que el amor no se vende (o, al menos, no se debería poner a la venta), pero lo que está claro es que uno se tiene que buscar la vida y si lo que necesita es sacarse unos lereles, está permitido vender hasta el corazón. Así, literalmente. De hecho, eso mismo es lo que ha hecho recientemente Alejandro Sanz, que le no tiene suficiente con vender entradas para sus conciertos y hacer 'sold out' cada vez que coge el micro, sino que también le ha dado por vender otro tipo de 'merchandising'.

El artista de 'Corazón partío' ha puesto a la venta por 400 euros nada más y nada menos que una parte de su patata. Porque si pensabas que era imposible comprarlo (literalmente no, no seamos sádicxs), ha llegado el malagueño para demostrar que hasta eso puede salir al mercado. Y es que ha decidido tirarse a la piscina en lo referente a los tokens no fungibles, que probablemente te sonarán más como NFT. Se trata de obras de arte que solo existen en el universo digital, buena parte de ellas únicas.

En concreto, su obra se llama 'Latidos' y contiene los latidos del cantante en una serie de 15 obras. La galería de arte Moool ha sido la encargada de lanzar la colección de NFT y la ha expuesto para todo el que quiera un poquito de amor digital. Disponible desde el pasado 7 de diciembre, estas piezas digitales recogen los latidos del corazón de Alejandro Sanz, pero no unos de los cientos o miles que suceden a diario en este músculo, sino unos latidos muy especiales.

"Latidos es el resultado de un deseo que era transformar la emoción en una obra de arte digital. Entonces, por qué incluso cuando quieres convertir una canción en arte digital o un grafismo, algo realmente tangible, parece más obvio. Pero, algo como la emoción, convertirla, poder verla, me parece algo mágico casi", comentó el artistaen la presentación de este proyecto tan particular.

"Los latidos del corazón marcan muchas cosas de nuestra vida. Además, hay cierta sincronización entre la gente que se abraza, con las canciones que te gustan, las canciones que te motivan... Entonces, mostrar todo eso, poder plasmarlo y, de algún modo, grabar la emoción de un momento tan importante como un concierto es algo que nunca pensé que se podía hacer", añadió el artista, que comenzó a medir sus latidos en su último concierto del WiZink Center de Madrid.