El ‘late motiv’ de Los Ángeles: ‘Fake it until you make it’

Mucho Pinocho hay por aquí.

Carmen Raya en Joshua Tree
Carmen Raya en Joshua Tree / Carmen Raya

Cada día, desde que me mudé a la ciudad de Los Ángeles, conozco a productores, actores, directores, escritores, fotógrafos y demás profesionales de la industria del entretenimiento en Hollywood que, cuidado ahí, se jactan de serlo y de ‘petarlo’. "¡Qué maravilla!", pensaba yo mientras me sentía pequeña, pequeña y más pequeña al comprobar que debía ser la única que no estaba consiguiendo el llamado 'sueño americano'.

Y no, no es que yo me junte con la ‘crème de la crème’ de la ciudad (todo llegará). ¿Entonces? “Carmen, dear, this is LA so, fake it until you make it!”, me dijo una vez una amiga mientras paseábamos por las calles poco transitadas de una ciudad en en la que los coches son los reyes. Una frase que traducida al manchego sería algo así como “tírate el pisto hasta que lo consigas”.

Efectivamente, queridos. Aquí hasta el más pintado dirige, escribe, produce y actúa. Por no decir que, además, en su tiempo libre se dedica a causas solidarias, es ‘influencer’ (mira, como yo), tiene 10.000 seguidores en redes sociales (un saludito por aquí a mis 629 ‘followers’ en Instagram, os adoro) y aún le da tiempo a ir a yoga a las 5 de la mañana para alinear chacras porque con tanto lío los tiene descolocados.

Pero la cruda realidad es que todo eso que dicen que hacen lo hacen en su tiempo libre, pero no es su verdadera profesión. Mejor lo explico con un ejemplo que, obviamente, es 100% real y que tiene 'salseo' amoroso (que sé que es lo que os gusta).

El otro día, bueno, hace ya un par de semanas, salí con un chico llamado Brendan (sí, yo también me acordé del personaje de 'Sensación de Vivir', lo sé, pero ella era Brenda, no Brendan). Lo conocí en 'Hinge' (una de las tantas 'dating apps' con el que hemos sido bendecidos los solteros en el siglo XXI) y enseguida me dijo de tomar algo.

"Es mono y parece simpático", me dije mientras me lanzaba a pedir el Uber que me llevaría a la otra punta de la ciudad por el módico precio de 45 dólares. Eso sí, en su perfil online ya me había percatado de que en la casilla de profesión (esto es como el formato de la declaración de la renta) había puesto: "Es complicado". ¿Cómo puede ser complicado decir a lo que te dedicas? Así pues, tras pedir unos cócteles en la barra del bar en el que nos encontramos, comenzó el juego.

"¿A qué te dedicas?", me preguntó. Y yo le contesté lo mismo que le cuento siempre a todos mis 'matches' (bilingüismo): que soy periodista, pero que estoy intentando meter la cabeza (el pie, el codo, el dedo meñique o lo que sea) en la industria del cine como productora. Ahí es nada. "Oh, qué bien, yo me mudé aquí hace seis años y escribo guiones con mi socio. Verás como poco a poco lo consigues", me dijo.

Y claro, amigos, aquí está la trampa. "Escribo guiones", ya, y yo "hago paellas" de vez en cuando y no por ello soy cocinera ni me pagan por ello. Así que como yo ya me conozco este 'percal' le dije: "¿Pero vendes los guiones?" Su cara fue todo un poema. Claro, querido Brendan, que una ya lleva aquí un añito y sabe de lo que habla.

"En realidad no", me contestó. Y tras beber un sorbo de su cóctel 'old-fashioned' me contó la verdadera historia que se esconde detrás de casi todos los que llegan (llegamos) a esta ciudad a 'petarlo'.

"Mi socio es mi mejor amigo de la infancia. Me mudé con él y su novia hace seis años a Los Ángeles desde Michigan y los tres compartimos piso y trabajamos de lunes a viernes en el mismo restaurante. Con eso pagamos las facturas y el resto del tiempo escribimos", me dijo casi con vergüenza (cosa que no entenderé jamás, porque nadie debería avergonzarse por intentar cumplir sus metas).

¡Lo sabía! ¡Lo sabía! No me malinterpretéis, pero aquí la gente se empeña en 'mentir' o, mejor dicho, en contarte su historia como a ellos les interesa y dejarla abierta a posibles interpretaciones. Y es que esa historia que Brendan me narró, es la que hemos visto en multitud de películas y es la que representa el verdadero Hollywood, queridos.

Que cuidado, yo no juzgo que este chico se considere escritor, que lo es, pero si con eso no es con lo que pagas el alquiler... Vaya, que yo podría decir que soy 'influencer', pero luego con lo que me gano la vida es con el periodismo. Así pues, amigos, si algún día venís a 'petarlo' a Los Ángeles, no olvidéis que, como bien decía el doctor House...

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