En Zara se ponen serios: no podrás salir del probador sin antes hacer esto

El buque insignia de Inditex quiere cambiar los hábitos de los consumidores y dejar atrás la costumbre de devolver la ropa enmarañada y del revés.

Zara apuesta por los vestidos cortos: los 7 que merecen la pena comprar.

Los mejores días para comprar en Zara.

Los mejores días para comprar en Zara.

/ Gtres / Sergio R. Moreno

Zara evoluciona hacia un nuevo concepto de tiendas. La marca aporta el 70% de los ingresos del grupo Inditex. Debido a su éxito, la multinacional gallega sigue viento en popa con la estrategia de abrir tiendas 'flagship'. Es decir, establecimientos insignia. Todas ellas cumplen con un fin: tienen más espacio de almacén para responder a la alta demanda de las compras por internet. Por tanto, hay menos ropa a la vista. Además, ahora se pide a los clientes que tengan un papel activo en el proceso de compra: tienen que devolver las prendas que se prueban en la percha, tal y como la han cogido. Atrás ha quedado eso de retornarlas enmarañadas y del revés, así como dejar el vestidor lleno de colgadores.

En 2018, Inditex lanzó un "plan global de mejora del espacio comercial" que ha supuesto la apertura de tiendas emblemáticas en Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia. Además, ya están proyectadas inauguraciones en otras grandes ciudades de España. Todas ellas combinan tradición con tecnología para ofrecer al cliente una mejor experiencia de compra.

Petición a la entrada del probador

Los consumidores que acuden a las 'flagship' se encuentran con espacios más diáfanos y ordenados, sin burros de ropa llenos a rebosar ni prendas apelotonadas por los mostradores. Ese caos ha quedado relegado a las rebajas. Los dependientes se apresuran a recolocar los artículos que los consumidores miran, tocan y cogen. Sin embargo, ahora tienen un poco más de ayuda.

En las 'flagship' de Barcelona, en concreto en las de paseo de Gracia con Gran Via y plaza Catalunya, los trabajadores intentan cambiar el comportamiento de los clientes. "Al salir, devuelve las prendas colocadas en sus perchas, por favor", repetía un dependiente en la tienda a cada una de las personas que atendía y daba paso en la cola. Lo hacía en el idioma que fuese necesario, ya que en estos dos establecimientos hay más turistas que gente local.

Nuevos 'hábitos'

La mayoría de clientes cumplen. De lo contrario, los empleados insisten. Recuerdan este nuevo 'hábito' de dos maneras: por un lado, si los consumidores dejan las perchas dentro del probador al salir, se encargan de recordarles que las tienen que recoger.

Por otro, si llegaban a la zona de devoluciones sin haber recolocado las prendas, les ayudan a hacerlo para no congestionar el espacio.

En ese punto, detrás del mostrador, otro trabajador se encarga de poner las prendas con percha en un burro, sin apenas retocar nada, y de doblar las que venían sin colgador. Hay casos excepcionales en los que los usuarios hacen caso omiso de las indicaciones. En esos momentos, no hay dramatismos, solo aceptación, pero con la premisa de convertir en cotidiano un comportamiento inusual: devolver la ropa ordenada.

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