Nos estamos echando mal el protector solar: ¡10 mandamientos que no deben fallar!

Si no te quieres quemar.

Chica echándose crema
Chica echándose crema / Ridofranz

¿Sabías que bien aplicado un SPF 30 protege más que un SPF 50 mal extendido? Y... ¿Que el porcentaje de población que usa correctamente el fotoprotector solar no llega al 5%?

Yves Rocher nos explica cómo hacerlo adecuadamente con sus fórmulas naturales y sostenibles.

1. El fotoprotector es el último paso cósmetico del cuidado facial. Extiende antes la crema hidratante, tu tratamiento habitual y el contorno de ojos.

2. Siempre 30 minutos antes. Salvo que se trate de una pantalla física, que no requiere esperas, los fotoprotectores químicos necesitan media hora de plazo para que la piel los absorba del todo y se produzca el efecto protector.

3. ¡Sobre la piel seca! Si esta mojada, las gotas de agua actúan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras. Además, el producto no se puede extender correctamente.

4. 2 mg de producto por centímetro de piel. Es la dosis necesaria para que sea verdaderamente efectivo. Seria el equivalente a seis cucharadas de café para rostro y cuerpo. Si un envase de 200 ml te dura más de 10 días, es posible que estés aplicando menos cantidad de la necesaria.

5. Pide ayuda. No es casual que la espalda y los hombros sean las zonas del cuerpo que más se queman. Si no eres capaz de llegar a ese nivel de contorsionismo, pide a alguien que te ayude a extenderla.

6. Zonas críticas: la espalda no es la única parte del cuerpo que suele quedar desprotegida. El miedo a manchar el pelo hace que a menudo “olvidemos” extender el producto en las orejas o la parte alta de la frente. Los párpados y el dorso de los pies y de las manos también necesitan protección.

7. Dos horas es el tope. Aunque no te hayas bañado ni cambiado de postura, hay que reaplicar el protector solar pasado ese tiempo porque pierde eficacia.

8. Cuidado con los términos water resistant O water proof. Indican que el producto se mantiene más tiempo sobre la piel una vez nos sumergimos, pero no por ello debemos evitar reaplicarlos tras el baño.

9. Rostro o cuerpo. Aunque no ocurriría nada si un solar corporal se extendiera sobre el rostro, en el caso de los fotoprotectores para niños tienen los dos usos, sí conviene utilizar uno específico para cada zona, ya que los faciales contienen además ingredientes que combaten el fotoenvejecimiento y suelen adaptarse a las pieles más sensibles.

10. Cuidado con los sprays. Es el formato preferido por su comodidad y aunque es cierto que son más fáciles de aplicar, tienen menos poder de permanencia. Las cremas y las leches son más resistentes al agua y al sudor.

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