Orgasmos sí, orgasmos no... ¡Que no se convierta en obsesión!

Consejitos expertos.

Orgasmos, que no se conviertan en obsesión
Orgasmos, que no se conviertan en obsesión / ISTOCK

Hablemos de orgasmos. Del clímax, de llegar a la cima. Su disfrute, como sabes, va mucho más allá de lo físico y está muy conectado con nuestro lado emocional. Con el 'cuore', vamos. Dicen los sexólogos que alcanzarlo (o no) tiene que ver con cómo nos sentimos por dentro. Y ojo, porque no hay que obsesionarse. El estrés no ayuda.

A la angustia constante por llegar los expertos le llaman 'ansiedad anticipatoria'. Hay que combatirla, ya que el miedo a que lo que deseamos no suceda contribuye a que nos 'cortocircuitemos'. No hay que estar impaciente, ni nerviosa. Y sí, es muy fácil decirlo. Pero hay que intentarlo.

¡Bingo!
¡Bingo!

Además, dicen los psicólogos de la app Ifeel, si el sexo se convierte en una evaluación de si se logró o no el orgasmo, la autoestima también puede verse herida. No te sientas mal por no haberlo conseguido esa vez con ese chico que tanto te ponía, es normal.

Vamos, que todo lo que vemos en las series de Netflix, en el cine y en la publicidad tiene mucho de fantasía. Y si te dejas llevar actuando única y exclusivamente con la vista puesta en hacer cumbre, vas un poco mal. Frena, piensa y vuelve a empezar. El "tengo que conseguir" está muchas veces asociado a la incapacidad para disfrutar de las relaciones.

Los reproches dentro de la pareja tampoco funcionan. Si no hay química o si el acto no resulta como los dos os lo habíais imaginado, pues nada. La vida siempre nos da sorpresas. Se puede volver a intentar, si hay ganas, pero lo que no se recomienda es el silencio. Hay que hablarlo una y otra vez hasta que cada uno sepa exactamente qué y cómo le gusta al otro. ¡Una buena comunicación es crucial para tener buen sexo!

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