En EE.UU. también les gusta esto del "¿y eso que todavía estás soltera?"

Listen, my friends, que os lo voy a explicar.

Carmen Raya con bocadillo relacionado con los solteros
Carmen Raya con bocadillo relacionado con los solteros / INSTAGRAM

Cuando me mudé a los Estados Unidos de América (no vaya a ser que haya otros que también estén unidos e inicie yo, sin quererlo, un conflicto diplomático), lo hice con la intención de empezar de cero. Sí, lo sé, suena a película de Multicine de fin de semana de Antena 3, y no de la que ponen de 15 a 17, sino de la siguiente que dura menos y es aun peor, si es que eso pudiera ser.

Sobre todo quería hacer borrón y cuenta nueva respecto a hombres ('borration and a new account respect to men', bilingüismo).Because, let's put the letters above the table" (Porque, pongamos las cartas sobre la mesa, bilingüismo a la inversa). Nunca me ha ido lo que tradicionalmente podríamos definir como bien o medianamente normal en este tema. Esto se traduce, básicamente, en que llevo 36 años de soltería.

Treinta y seis, amigo Lionel, treinta y seis, casi los mismos que le sacaba Scott Disick a tu hija, Sofia Richie. (Nota al lector: no meterse con la redactora porque donde las dan las toman).Total que como podréis imaginaros, toda mi vida he tenido que lidiar con esa pregunta del millón de euros que en cada reunión de amigos, familiar, de trabajo o incluso cita aparece de manera inesperada, como las hemorroides (no las sufráis en silencio, queridos, hablemos del tema): "¿Y eso que todavía estás soltera?".

Sí, amiga Taylor, y tan 'really', pero bueno que yo entiendo que a ti no te la hayan hecho nunca porque tú y yo somos la cara y la cruz (y qué cruz) de una misma moneda: el amor. (Pausa para apreciar la calidad literaria y creativa de la redactora. Ya que le va fatal en el amor, un poco de autoestima laboral, aunque sea por parte de su propio puño y letra nunca viene mal).

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Total, que cuando cogí mi maleta cargada de sueño (es que a mí los sueños ya se me han terminado y lo que tengo ahora siempre es mucho sueño, la edad) y planté un pie en Los Ángeles pensé: "Vamos Carmen, aquí todo será diferente y a lo mejor hasta encuentras el amor".

Y además de verdad, querida. No solo no he encontrado el amor (más bien lo contrario), si no que he descubierto la terrible realidad de que la pregunta del millón también la encuentras en dólares. Efectivamente. Ya sea en una cita o en una reunión social, me he vuelto a dar de bruces con este momento en el que me he sentido 'en la obligación' de dar explicaciones sobre un tema que, por si no os habíais enterado, NO ES DE VUESTRA INCUMBENCIA.

Exacto. El típico, "¿pero por qué está mal preguntar eso?". Sentaos que os lo voy a explicar de manera muy breve. ¿Le preguntarías a una pareja que por qué están juntos? Ah, espera, que es que eso no nos lo planteamos porque, obviamente, si alguien tiene pareja es claramente porque ambos están enamorados y disfrutan muchísimo de su compañía todo el rato.

NO. O sea, no es que no lo crea es que creo que existen millones de razones por las que dos personas deciden comenzar una relación y mantenerla y no tiene que ser siempre el amor. Por ejemplo, a mí se me ocurren varias que procedo a detallar y que me parecen tremendamente válidas: Miedo a la soledad, vivir en un piso de dos habitaciones y poder pagarlo, tener descendencia, aburrimiento, no querer morir solo, poder pagar el alquiler (ah, esa ya la he dicho, pero es que me parece fundamental), cariño, compañía, estabilidad emocional, estatus migratorio (sí, has leído bien, un pasaporte por amor), querer casarte para poder pasar por el altar y tener unas fotografías chulísimas, comprar un vestido de novia, querer tener una despedida de soltera/o, estar cansado de tener que buscar sexo y/o pareja en 'dating' apps y la última, y más importante, no tener que volver a dar explicaciones de por qué estás TODAVÍA soltera/o.

Lo sé, mucha información, pero estoy en racha. Porque ojito al matiz que le da el TODAVÍA a esta pregunta. Le da ese toque de 'se te está haciendo tarde'. Ah, vale, gracias, es que no sabía que había fecha límite para tener pareja, pero gracias por el recordatorio, me lo apunto en el móvil. Y aunque parezca que escribo esto desde el enfado o la rabia, os aseguro que lo escribo desde el asombro más absoluto.

No entiendo (y nunca entenderé) por qué los solteros somos tratados, sobre todo pasados los treinta, como si nos pasase algo. Sobre todo porque, y aquí va otra gran verdad universal, sí que nos pasa algo. Nos pasa que estamos solteros. Y obviamente si estamos solteros es porque nos habrán pasado cosas para estarlo y para seguir estando solteros (o no, todavía no leo el futuro, pero todo se andará).

Lo que vengo a decir es que entiendo que la gran mayoría de la población opte por estar en pareja y oye, fenomenal y que os vaya de lujo. Pero os puedo asegurar que como soltera que adora observar el comportamiento de las parejas, la gran mayoría de las veces no entiendo qué las ha unido. En serio. Pero no se lo digo. Y ojito que a veces me dan ganas de decirle a alguien un "¿me puedes explicar por qué narices te casaste con este/esta? Pero de nuevo, queridos, esto es algo que no nos está permitido a los solteros.

Aunque bueno, ya os contaré otro día cómo es esta fantasía de que un soltero le pregunte a otro que por qué está soltero. Y sí, parece un chiste, pero no lo es. Aunque con lo que sí que pretendo haceros reír es con el programa 'The Latte Show con Carmen Raya' que se emite en mis Stories de Instagram los martes, jueves y sábados por la mañana y en el que hablo con celebrities. Y sí, la de abajo soy yo 'postureando' en Los Ángeles. Donde fueres, haz lo que vieres.

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