Sexo oral americano vs sexo oral español (gana Estados Unidos, lo siento queridos)

Por una razón muy sencilla.

Carmen Raya posando en la pared rosa de Paul Smith en Los Angeles con bocadillo Cuore
Carmen Raya posando en la pared rosa de Paul Smith en Los Angeles con bocadillo Cuore / INSTAGRAM

'I will start strong' (comenzaré fuerte, bilingüismo). Hace más de año y medio que no mantengo relaciones sexuales con hombres españoles por aquello de vivir una inmersión completa en el país que me ha acogido con los brazos abiertos, es decir, los Estados Unidos de América. Y por inmersión completa yo entiendo el 'inmersionarse' (yo ya me invento palabras hasta en español porque en pandemia toda vale) en cama americana con americano para vivir la 'American bed extreme experience'.

Y ojito ('and little eye', bilingüismo a la inversa) que no es porque yo no haya apreciado el 'producto' español en los 34 años que pasé en España (un besito desde aquí a todos ellos), pero es que resulta que con esto de compartir lecho (male milk) con 'American boys' he descubierto que estos son.... a ver, cómo decirlo sin ofender al hombre español (que luego querré volver y seguir 'pillando'), son... son como más agradecidos (y emocionados) en un aspecto del sexo que a mí siempre me ha perturbado del lado del hombre español (y ahora sabréis el porqué).

Totalmente de acuerdo, querida. Y no, no me da miedo escribir lo siguiente: me gusta que me practiquen sexo oral (y me pirran los donuts, pero eso lo dejo para otro día). Así pues, cada vez que mantengo relaciones íntimas con un hombre, he de reconocer y reconozco que espero que dicha práctica esté en el menú ya sea de entrante, de principal o de postre. Pero bueno, no mezclemos comida y sexo (o sí) y vayamos al meollo de la cuestión.

Con muchos años de soltería a mis espaldas y mucho encuentro sexual en terreno español con variados y diferentes tipos de hombres, me di cuenta de una cosa: nunca eran ellos los que tomaban la iniciativa en esto del sexo oral. Es decir, si yo no les complacía a ellos en ese sentido, ellos no me complacían a mí. Lo típico de "si tú no lo haces, yo tampoco". ¿Qué cómo me di cuenta de esto?

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Bueno, porque un día decidí dejar de dar yo el primer paso y para mi sorpresa... ¡ellos no daban el primer paso! Y entonces se producía ese momento en el que todavía estás en los preliminares y nadie se mueve de la zona superior del terreno de juego. Nadie quiere bajar a defender y se genera esa situación incómoda en el ambiente en el que ambos comenzáis a alargar el partido lo máximo posible. Él espera que tú bajes y tú esperas que él baje y entonces al final ambos decidís que no va a pasar y saltáis al minuto 90. Final de partido.

Pues sí, amiga, porque yo siempre he creído que en la cama, cuanta más variedad mejor. Pero lo cierto es que, y aunque obviamente no puedo generalizar porque, amigos y amigas,este es un artículo en el que yo cuento mi verdad (soy la Belén Esteban del sexo), os confesaré que en España ni un solo hombre me practicó sexo oral sin habérselo hecho yo antes. De nuevo, habrá de todo, como donuts. Así que cierto es que durante una etapa de mi vida decidí que si ellos no se animaban, yo tampoco.

Sí, yo también creo que es bastante justo, pero gracias de todas formas por apoyar esta decisión de la autora de este artículo biográfico. El caso, que cuál fue mi sorpresa cuando al poner un pie en cama angelina con hombre americano...¡alegría, alegría! Ni una sola palabra (que diría Paulina Rubio) me hizo falta para comprobar que en este país los hombres no tienen problema alguno en darte la bienvenida de manera más que amistosa cuando se trata de sexo. ¡Qué maravilla, queridas!

Sí, amiga, eso pensé yo así de primeras, pero luego me di cuenta de que no, de que estaba vivita y coleando y que bueno, si esto iba a ser así 'all the time', lo mismo me quedaba de manera permanente a vivir en los Estados Unidos de América. Porque queridas, el verdadero sueño americano era este y nadie me lo había dicho. Claro, normal que las americanas no quieran compartirlo con el resto del mundo, también os lo digo.

Pero bueno, aquí estoy yo, vuestra sexóloga y periodista preferida (dejadme soñar) para difundirlo. Ah, por cierto, que si todavía no me seguís en Instagram, ya estáis tardando porque tengo un programa, 'The Latte Show con Carmen Raya', en el que hablo con l@s 'influencers' y está siendo todo un éxito de audiencia. Bueno, solo yo sé cuántas personas me ven, pero eso también lo hace Netflix y todos le creemos cuando nos dice que 'X' serie es la más vista. Así que ya sabéis, seguidme porque yo nunca os mentiría. O sí, nunca lo sabréis.

Y sí, la de abajo soy yo con joyas de los veinte duros americanos haciéndome pasar por la reina de las mañanas de la televisión vs la reina de Netflix. Os vais a reír (con o de mí, al gusto del consumidor).

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