La edad de oro de
la rumba catalana,
de la A a la Z

Por Ramón Vendrell

La edad de oro de
la rumba catalana,
de la A a la Z

Por Ramón Vendrell

La Plataforma per la Defensa de la Rumba Catalana impulsa la candidatura del género musical a Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. El estilo se forjó de manera subterránea en los años 50, estalló como fenómeno pop en los 60 y se desmelenó con hibridaciones eléctricas en los 70. Repasamos esas dos décadas doradas con un diccionario que también incluye entradas para coleccionistas y sellos clave en la recuperación de la rumba catalana en el siglo XXI.

Dúo formado por los hermanos José (1952) y Delfín (1954) Amaya, sobrinos de la bailaora Carmen Amaya. Sus dos primeros álbumes son esenciales, afilado a más no poder ‘Los Amaya y su combo gitano’ (1971) y con ‘groove’ eléctrico ‘Nuevos éxitos’ (1973). Con Tony Ronald como productor giraron hacia un estilo romántico y suave que les reportó el ‘superhit’ ‘Vete’ (1977), con la cristalina voz de José en toda su gloria.

Dúo formado por los hermanos José (1952) y Delfín (1954) Amaya, sobrinos de la bailaora Carmen Amaya. Sus dos primeros álbumes son esenciales, afilado a más no poder ‘Los Amaya y su combo gitano’ (1971) y con ‘groove’ eléctrico ‘Nuevos éxitos’ (1973).

Con Tony Ronald como productor giraron hacia un estilo romántico y suave que les reportó el ‘superhit’ ‘Vete’ (1977), con la cristalina voz de José en toda su gloria.

Diseñador gráfico, coleccionista de discos y ‘dj’. Entre sus aportaciones al rescate de la rumba destaca el recopilatorio ‘Achilifunk. Gipsy soul 1969-1979’ (Lovemonk, 2007), con sustanciosas notas por primera vez. Su pionera labor arqueológica brindó asimismo ‘Achilibook. Biografía gráfica de la rumba en España 1961-1995’ (Milenio, 2013).

Artista de la escudería Belter, sello barcelonés que publicó una cascada de grabaciones paraflamencas. Argentina Giménez (1926-2023) tiraba más hacia Bambino, pero en 'Propiedad privada' o su versión de 'Gwendolyne' rumbea al estilo local que da gusto. Un soplo de aire turbio.

Un caso raro en el gremio: Josep Maria Valentí (1940) estudió en la escuela de música del Liceu, donde asombró a los profesores con su talento y su afición a saltarse las reglas. Introdujo el piano en la rumba catalana, instrumento que aportaba elegancia a su puesta en escena. Además, vestía siempre de forma impecable. Pero también podía ser un intérprete huracanado como el que más.

Un caso raro en el gremio: Josep Maria Valentí (1940) estudió en la escuela de música del Liceu, donde asombró a los profesores con su talento y su afición a saltarse las reglas. Introdujo el piano en la rumba catalana, instrumento que aportaba elegancia a su puesta en escena.

Además, vestía siempre de forma impecable. Pero también podía ser un intérprete huracanado como el que más.

El fan número uno de Maruja Garrido (1942). Juntos grabaron el lisérgico videoclip de 'Es mi hombre' (1971) para el especial ‘A la española’, dirigido por Valerio Lazarov. El pintor apadrinó a Garrido en sus actuaciones en el Olympia parisino.

Peret representó a España en el festival de la canción de 1974 con ‘Canta y sé feliz’. Le acompañaron los palmeros Toni Valentí, Juan Calabuch y Peret Reyes y las coristas Consuelo y Teresa Pubill. Noveno puesto.

La rumba catalana tiene tentáculos en el sur de Francia, donde hay una importante comunidad gitana. Miembros de las familias Reyes y Baliardo cosecharon un éxito descomunal en los 80 como Gipsy Kings. Pero eso ya es otra historia.

El argentino Xavier Patricio Pérez (1951-1990) aportó a la rumba catalana conciencia de sí misma, tanto musical ('El ventilador') como geográfica ('Rumba de Barcelona'); consolidó y expandió el mestizaje latino del género, hasta entonces más intuitivo que otra cosa, y le dio vuelo literario. Salvando las distancias, fue el Rubén Blades del ritmo urbano barcelonés con discos como 'Carabruta' (1978), 'Romesco' (1979) o 'Atalaya' (1981).

El órgano que toca Josep Cunill, además de piano, en el disco de versiones 'Rabbit rumba' (1972). Antes había sido pianista y arreglista de Moncho y después sería el director musical de 'Carabruta', de Gato Pérez. Cunill recorrió medio mundo como músico de orquestas y participó en la tira de grabaciones rumberas en tanto que artista de estudio del sello Discophon.

El argentino Xavier Patricio Pérez (1951-1990) aportó a la rumba catalana conciencia de sí misma, tanto musical ('El ventilador') como geográfica ('Rumba de Barcelona'); consolidó y expandió el mestizaje latino del género, hasta entonces más intuitivo que otra cosa, y le dio vuelo literario.

Salvando las distancias, fue el Rubén Blades del ritmo urbano barcelonés con discos como 'Carabruta' (1978), 'Romesco' (1979) o 'Atalaya' (1981).

El órgano que toca Josep Cunill, además de piano, en el disco de versiones ‘Rabbit rumba’ (1972). Antes había sido pianista y arreglista de Moncho y después sería el director musical de ‘Carabruta’, de Gato Pérez.

Cunill recorrió medio mundo como músico de orquestas y participó en la tira de grabaciones rumberas en tanto que artista de estudio del sello Discophon.

Alias de David García, el batería de Vetusta Morla. En la estela recuperadora de Txarly Brown, puso una pica en Flandes al conseguir que el prestigioso sello británico Soul Jazz publicara su compilación 'Gipsy rhumba. The original rhythm of gipsy rhumba in Spain 1965-1974’ (2014).

El que armaban los palmeros. El más popular de los propulsores atómicos fue el ya citado Toni Valentí (1938-2014), ‘Tío Toni’. Fue acompañante fijo de Peret de los 60 a los 80 y también grabó para Antonio González, Lola Flores o Dolores Vargas. Otros fenómenos de las palmas fueron el también mencionado Juan Calabuch (‘Tío Joanet) y Ramón Ximénez (‘el Huesos’), padre de Petitet.

Josep Mas ‘Kitflus’, Max Sunyer, Carles Benavent, Tito Duarte, Santi Arisa, Josep Maria Bardagí… Y cabe suponer que otros musicazos sin acreditar participaron en grabaciones de rumba catalana. No estaba tan mal el sistema de estudios.

Josep Mas ‘Kitflus’, Max Sunyer, Carles Benavent, Tito Duarte, Santi Arisa, Josep Maria Bardagí… Y cabe suponer que otros musicazos sin acreditar participaron en grabaciones de rumba catalana. No estaba tan mal el sistema de estudios.

Sala de fiestas que funcionó entre 1952 y 1990, en Aribau, 230. Escaparate ‘top’ de la rumba catalana. El género se había forjado en lugares menos distinguidos como la taberna flamenca El Charco de la Pava, los bares El Salchichón y Petxina o el club de alterne El Paso.

El graciense Ramon Calabuch (1940-2018) fue un bolerista extraordinario. Pero todo el mundo tiene un pasado y el de Moncho al frente de su Wawanko Gitano, aunque breve, habla de un adelantado amor rumbero por los ritmos afrocaribeños.   

Juan Castellón (1948-2010) también grabó como El Noi. ‘La bomba gitana’ (Satélite K, 2016) recopila toda su producción discográfica.

Variante de ‘oncle’, tío en catalán. El Onclo Orelles, el Onclo Polla o el Onclo Mero son personajes legendarios de los orígenes del asunto.

Foto: Jacques Leonard

Foto: Jacques Leonard

Pere Pubill Calaf (1935-2014) fue el rey absoluto de la rumba catalana. Convirtió una música de gueto en un fenómeno pop, protagonizó películas, dedicó a su padre ‘El mig amic’, según Vázquez Montalbán el mejor tema de la ‘nova cançó’, derrochaba carisma e ingenio, la moda parecía hecha para él… Una estrella nata. Su ascendiente sobre la rumba catalana era tal que cuando se hizo pastor evangélico, en 1982, el género, ya tocado, sufrió un eclipse que duraría hasta el regreso de Peret en 1991.

Pere Pubill Calaf (1935-2014) fue el rey absoluto de la rumba catalana. Convirtió una música de gueto en un fenómeno pop, protagonizó películas, dedicó a su padre ‘El mig amic’, según Vázquez Montalbán el mejor tema de la ‘nova cançó’, derrochaba carisma e ingenio, la moda parecía hecha para él… Una estrella nata.

Su ascendiente sobre la rumba catalana era tal que cuando se hizo pastor evangélico, en 1982, el género, ya tocado, sufrió un eclipse que duraría hasta el regreso de Peret en 1991.

Lo más parecido a un inventor que tiene la rumba catalana. En el guitarrista y cantante Antonio González (1925-1999), hijo del barrio de Gràcia, está la esencia de esta música en estado salvaje. Sus interpretaciones tienen una intensidad sin parangón en el estilo. Se casó con Lola Flores en 1957 y con ella (siempre con el nombre más grande) y en solitario grabó para Belter en los 60 y, menos, los 70. El matrimonio tuvo tres hijos: Lolita, Antonio y Rosario.

Lo más parecido a un inventor que tiene la rumba catalana. En el guitarrista y cantante Antonio González (1925-1999), hijo del barrio de Gràcia, está la esencia de esta música en estado salvaje. Sus interpretaciones tienen una intensidad sin parangón en el estilo.

Se casó con Lola Flores en 1957 y con ella (siempre con el nombre más grande) y en solitario grabó para Belter en los 60 y, menos, los 70. El matrimonio tuvo tres hijos: Lolita, Antonio y Rosario.

La rumba marginal encabezada por Los Chichos y Los Chunguitos barrió a su antecesora catalana con su energía, crudeza y conexión con el lado chungo de la transición española. No solo eso: también le contagió el estigma forajido, de modo que las salas de fiestas ya no la recibían con los brazos abiertos.

Una de las contadas excepciones payas de la rumba catalana. Los hermanos Pere y Joan Capdevila y su amigo José Sardaña saltaron del barrio del Bon Pastor a la omnipresencia radiofónica a lomos de ‘Perdido amor’, ‘No sé, no sé’ o ‘Y no te quedan lágrimas’.

Satélite K fue un sello discográfico fundamental en la recuperación de la rumba catalana. ‘El ventilador. 25 rumba catalana hits’ (2002) abrió el cofre del tesoro.

Formó junto con Peret Reyes el dúo Chipén, foco de resistencia rumbera en los oscuros 80. Los dos llevaban ya mucha mili como acompañantes de los grandes nombres del género.

Un portento fue ‘La Terremoto’ (1936-2016). No contenta con ‘A-chi-li-pú’ (1970), un cañonazo de formas musicales más o menos ortodoxas y con un estribillo merecedor del Nobel de Literatura, se arrimó como nadie al funk en electrocuciones del calibre de ‘¡A la pelota!’, ‘Anana hip’, ‘Macarrones’, ‘La hawaiana’… Hermana de El Príncipe Gitano y El Noy, y casada con su primo José Castellón, autor de varios de sus números.

Un portento surrealista fue ‘La Terremoto’ (1936-2016). No contenta con ‘A-chi-li-pú’ (1970), un cañonazo de formas musicales más o menos ortodoxas y con un estribillo merecedor del Nobel de Literatura, se arrimó como nadie al funk en electrocuciones del calibre de ‘¡A la pelota!’, ‘Anana hip’, ‘Macarrones’, ‘La hawaiana’…

Hermana de El Príncipe Gitano y El Noy, y casada con su primo José Castellón, autor de varios de sus números.

Peret cantó en castellano, en catalán y en… caló. En ‘Chaví’ (1972), pieza que más tarde rebautizaría con equis inicial. El jefe en modo ‘gipsy power’, sobre un lecho de funk de escuela ‘blaxploitation’.

Del templo de la progresía barcelonesa de los 70 salieron Gato Pérez y cierta reivindicación de las músicas sabrosas.

Un reportaje de El Periódico

Textos:
Ramon Vendrell
Diseño:
David Jiménez
Coordinación:
Ricard Gràcia y Rafa Julve