Trabajo
y crisis
climática

Las temperaturas y
fenómenos climáticos
extremos obligan a repensar
los sistemas de prevención

TRABAJO Y CRISIS CLIMÁTICA

Un reportaje de Gabriel Ubieto

El avance de la crisis climática ya está aumentando los termómetros de todo el planeta y provocando episodios de temperaturas extremas más intensos y frecuentes. Y todo esto, a su vez, está aumentando los siniestros por la exposición a altas temperaturas. Según apunta un informe de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el aumento del estrés térmico podría provocar a una pérdida de productividad equivalente a 80 millones de empleos.

Las nuevas condiciones implican mayor peligro, pues, entre otros factores, las temperaturas extremas disparan la posibilidad de sufrir un siniestro laboral un 10%, según un informe del Col·legi d'Arquitectes Tècnics de Barcelona. Minimizar esos riegos, ya sea por una menor exposición o por una mayor prevención si la exposición es inevitable, es el gran reto de presente y futuro que afrontan empresas y trabajadores.

Reorganizar horarios para evitar los momentos de más calor, más teletrabajo, mayores obligaciones de prevención para las compañías e incentivos desde lo público son solo algunas de las recetas puestas en práctica hasta la fecha.

Teletrabajo ante las emergencias extremas

El teletrabajo ha demostrado tras la pandemia que puede ser una herramienta útil para continuar con la actividad de ciertas profesiones en momentos extremos. La continua expansión de la economía a través del sector servicios y la digitalización de procesos, con un importante papel de la inteligencia artificial, permitirán que una parte creciente de los trabajadores pueda evitar los desplazamientos cuando las temperaturas enfilen los 40ºC –algo cada vez más frecuente– o las calles estén anegadas por un temporal imprevisto.

No obstante, ese auge de lo digital no evitará que ciertos procesos sigan requiriendo de presencialidad. También de implicación de las empresas, que deberán reorganizar sus procesos para maximizar el número de empleados que puedan refugiarse en dicha modalidad. Según un estudio del Banco de España, hasta el 30% de los españoles podrían trabajar a distancia.

Hoy solo hace teletrabajo total o parcial un 13,9% de los ocupados españoles, según el INE

Refugios climáticos para todos

No todos los empleados que pueden teletrabajar lo hacen. De hecho, no todos los ocupados pueden permitirse pagar la factura que implica mantener refrigerado el domicilio cuando afuera no para de subir el mercurio. Especialmente en un contexto en el que el coste de la energía ha ido creciendo.

Las iniciativas municipales para habilitar refugios climáticos en zonas y edificios públicos cobrará entonces mayor importancia, especialmente para aquellos profesionales de menores salarios. El acceso a 'coworkings' costeados por la empresa o bonificados por las administraciones se erige como una alternativa o un complemento.

El 14,6% de los ocupados reconoce que su sueldo no le permite mantener su vivienda a una temperatura adecuada

Nuevos protocolos ante nuevos récords de calor

Asfaltar una carretera o repartir un paquete a domicilio son dos actividades que difícilmente podrán ejercerse a distancia. Es por ello que las administraciones ya han empezado a moverse para maximizar la difusión y la divulgación de las obligaciones legales de las empresas para con sus empleados en materia de prevención de riesgos laborales.

Por ejemplo, adelantando en el calendario las campañas de sensibilización y supervisión de la Inspección de Trabajo. Los tradicionales envíos de cartas a las compañías ya se han adelantado a mayo, cuando históricamente no empezaban hasta junio.

También ha habido cambios para adaptar la normativa vigente. El Gobierno modificó este pasado verano la ley de prevención de riesgos laborales, cuya primera aprobación se remite a 1995. Desde entonces y hasta ahora, la temperatura media en España ha subido más de medio grado y los días de temperaturas extremas registrados durante un mismo ejercicio se han disparado.

Desde 2023 las empresas tienen la obligación explícita de contemplar en sus protocolos de actuación medidas concretas en caso de temperaturas o fenómenos climatológicos extremos.

"Los países mediterráneos justo ahora están empezando a adaptarse y a ser conscientes de un riesgo cada vez más creciente", explica la profesora de Derecho y Seguridad Social de la UPF Consuelo Chacartegui.

Si las temperaturas son tan altas que no es seguro trabajar, las empresas están obligadas a parar

Del erte covid al erte climático

"Habrá momentos del día o del año en los que directamente serán inhábiles para ciertas profesiones", apunta la secretaria de política sindical de UGT de Catalunya, Núria Gilgado. Andalucía, por ejemplo, fue pionera en prohibir trabajar por la tarde en la construcción durante los meses de verano. Una medida reorganizativa que ahora se va extendiendo a otros territorios y que puede ampliarse al horario.

Otra fórmula, sobre todo para olas de calor o tormentas imprevistas, serán los ertes. De la misma manera que un brote de covid normalizó el cierre temporal de una empresa durante los primeros compases de la pandemia, las temperaturas extremas prometen hacer lo propio durante las canículas.

La normativa española ya incluye explícitamente ayudas para las empresas que apliquen un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a parte o a toda su plantilla en caso de fuerza mayor por un fenómeno meteorológico.

Las empresas pueden recurrir a un erte si una DANA u ola de calor les obliga a detener su actividad

Robots al sol

Una de las reacciones de las empresas e instituciones ante la pandemia del covid fue acelerar la automatización de parte de sus procesos. Es indudable que un robot no puede ponerse enfermo. Según un informe del McKinsey Global Institute publicado al año de estallar el covid, uno de cada cuatro ocupados se verá obligado a cambiar de puesto de trabajo antes de 2030 para no quedarse en paro. Y de la misma manera que un robot no puede ponerse enfermo, tampoco puede desmayarse debido a un golpe de calor.

"Hasta ahora las empresas han apostado por la robotización para aumentar la productividad y sus beneficios, no para ahorrarle a los trabajadores aquellas tareas más penosas y peligrosas. Hemos de intentar que eso cambie", afirma Gilgado, de UGT.

El aumento de las temperaturas reducirá las horas de trabajo hábiles y en 2030 se perderán 80 millones de empleos, según la OIT

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Gabriel Ubieto
Imágenes:
Jordi Òtix, Ferran Nadeu, Jordi V. Pou, Ramón Gabriel, EFE, Europa Press
Diseño:
David Jiménez
Coordinación:
Rafa Julve