La revolución en el bolsillo:
el salto de la tecnología móvil

Por Carles Planas Bou /
Diseño: Andrea Hermida-Carro

Pones la mano en el bolsillo, coges el móvil y deslizas el dedo por la pantalla para sumergirte en otro mundo. Este gesto cotidiano, que a menudo realizamos de forma casi inconsciente y automática, era inconcebible en 1978. Hace medio siglo, la telefonía móvil aún se encontraba en una fase prehistórica incapaz de prever lo que vendría. Por aquel entonces, la forma más habitual para comunicarse con alguien era por correo postal o acudir a una cabina telefónica, introducir algunas pesetas y hablar.

Cinco años antes, en 1973, Martin Cooper, ingeniero de la empresa estadounidense Motorola, logró realizar la primera llamada desde un teléfono móvil, dando forma a una idea que muchos habían soñado a lo largo del siglo XX. El dispositivo tenía el tamaño de un ladrillo, pesaba más de un kilo y su batería duraba solo media hora. En 1979, Japón lanzó la primera red de telefonía móvil urbana, conocida como 1G. Sin embargo, no fue hasta 1983 cuando el prototipo de Cooper se puso a la venta. El DynaTAC 8000x se convirtió en el primer teléfono portátil comercializable.

Cuatro décadas y media después, la telefonía no tiene nada que ver. Los móviles han mutado hasta convertirse en un superordenador de bolsillo. Y gran parte de la culpa la tiene Apple, convertida ahora en la compañía más valiosa del planeta. El lanzamiento del primer iPhone en 2007 revolucionó la industria, dando más protagonismo a la pantalla y al teclado digital. Más importante, su sistema y el de Android abrieron las puertas a una era de aplicaciones innovadoras —Facebook, Instagram, Twitter, Spotify o WhatsApp— que han transformado la comunicación y, con ello, la sociedad.

El peso y tamaño de los dispositivos se ha ido reduciendo, pero su potencia se ha disparado. Hemos pasado de llamadas cortas y rudimentales a conectarnos a internet, ver películas, hacer fotografías en alta calidad y realizar videollamadas sin fin. La batería del iPhone 14 Max Pro tiene una autonomía media de 13 horas y 39 minutos. Eso es posible gracias al 5G, la última evolución de las redes de telecomunicaciones.

En el siguiente interactivo puedes ver como las 'apps' han sintetizado en el móvil todo aquello de lo que antes disponíamos en el mundo físico.

El salto ha sido gigantesco. Aun así, Cooper cree que aún queda mucho camino por recorrer: "Todavía estamos en los inicios de la revolución de la telefonía móvil".

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