CRIPTOMONEDAS

Guía definitiva del dinero digital en una semana convulsa: ¿son una burbuja o el futuro de las finanzas?

Textos:
Juan Fernández
Diseño e infografías:
Andrea Hermida-Carro, Ricard Gràcia y Francisco J. Moya

Estos días las criptomonedas son noticia por el monumental batacazo que se ha pegado su cotización, pero llevamos varios años -13 han pasado desde el lanzamiento del primer bitcoin- en los que resulta imposible dar un paso sin tropezar con ellas. La publicidad nos las mete por los ojos, las estrellas del deporte nos animan a comprarlas y los nuevos criptomillonarios, al menos hasta esta semana, presumían de atesorarlas. No podemos verlas, olerlas ni tocarlas, pero están por todas partes.

Sin embargo, su incorporación a la vida cotidiana convive con el halo de misterio que, aún hoy, sigue envolviéndolas debido a su complejidad conceptual y tecnológica. El Banco de España estima que el 12% de la población -5,6 millones de españoles- ya ha operado con ellas, pero los expertos advierten de que muchos de esos inversores continúan sin entender en qué consiste realmente el dinero virtual y qué riesgos y oportunidades entraña.

Este momento de quiebra e inflexión en la historia de las criptomonedas invita a volver a explicarlas a nivel usuario y a tratar de vislumbrar si son una moda pasajera o significan el principio de una nueva era en la historia de las finanzas.

Parte 1: el qué

Ir a la parte 2: el cómo

1. ¿Qué son realmente las criptomonedas?

Cada vez que acercamos nuestra tarjeta bancaria a un datáfono para pagar en una tienda, solicitamos a nuestro banco que reste en nuestra cuenta –y anote en la del comercio- una determinada cantidad de euros, moneda avalada por el Banco Central Europeo. Cuando operamos con criptodivisas no hay bancos que fiscalicen las transacciones y ni siquiera la moneda que pagamos depende de un estado o una entidad financiera central.

Entonces, ¿quién da seguridad a la operación? Aquí radica la gracia del dinero virtual. Las criptodivisas son monedas digitales representadas por un código encriptado imposible de 'hackear' que se vale de una compleja tecnología informática llamada 'blockchain' para dar fe de las operaciones que se hacen con ella.

En esencia, cada vez que se traspasa un bitcoin, es todo el sistema de ordenadores de la red de la criptomoneda quien atestigua que se ha hecho la transferencia.

Aunque llevan el término ‘moneda’ incrustado en el nombre, se suelen usar como inversión financiera, no para comprar en las tiendas. Forman una suerte de bolsa de valores paralela en la que cada moneda sube y baja de precio en función de la demanda.

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2. ¿Cómo surgieron?

En otoño de 2008, un misterioso informático llamado Satoshi Nakamoto (hoy sigue sin saberse quién está detrás de esta identidad) publicó un artículo donde detallaba el 'software' para montar un sistema de intercambio de dinero electrónico entre particulares seguro e innovador. En enero de 2009 entraba en funcionamiento la primera red de compra-venta de bitcoin, nombre que tomó aquella moneda digital, y echaba a andar el negocio de las criptomonedas.

A partir de entonces fueron surgiendo nuevas criptodivisas propulsadas por el dinero que empezó a acudir a raudales a esta nueva economía paralela atraído por su eficacia para ejecutar transacciones eludiendo al control estatal y, sobre todo, por la continua revalorización de estas divisas. El bitcoin, que valía 39 centavos en 2010, cotizaba a 17.000 dólares siete años después.

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3. ¿Cuántas hay?

En los últimos años se ha disparado el número de criptodivisas hasta alcanzar las 19.415 que hay actualmente, cada una con su propio algoritmo de encriptamiento que garantiza su seguridad. El volumen mundial de dinero que hay invertido en ellas ha oscilado a lo largo de su historia. Llegaron a acaparar 2,5 billones de dólares, pero su valoración total apenas supera del billón de dólares en el ecuador de mayo del 2022.

Estas son algunas de las más destacadas:

Bitcoin

Hace las veces de patrón-oro en el mundo cripto. Acapara el 40% del capital que hay invertido en monedas virtuales y su volumen total, como el oro, es finito: solo podrá haber 21 millones de bitcoins y ya se han puesto en circulación 19 millones de ellos.

Ethereum

Basada en la misma tecnología 'blockchain' que el resto de criptos, en realidad es una plataforma para desarrollar aplicaciones digitales y contratos inteligentes (imposibles de 'hackear'). Tiene su propia moneda, el Ether.

Ripple

La llaman "la criptomoneda de los bancos" porque suelen usarla las entidades financieras para transferir grandes cantidades en el mercado internacional. Su tecnología permite ejecutar operaciones en menos de 10 segundos.

Dogecoin

Su historia resume el clima disparatado que reina en el mundo cripto. La creó en 2013 el informático Billy Markus a modo de divertimento y su valoración se mantuvo estable hasta que un comentario positivo de Elon Musk disparó su valoración para volver a caer a los pocos días.

Terra USD

Es la última gran protagonista de la comunidad cripto debido a su hundimiento: ha perdido el 99% de su valor en pocos días. El peligro añadido es que se trata de una ‘stablecoin’ (criptodivisa asociada a una moneda tradicional, en su caso el dólar) y su caída podría arrastrar a la economía real.

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4. ¿Quién está detrás?

Algunas monedas virtuales tienen padre conocido y de otras se ignora a la persona o grupo de personas que hay detrás. Pero en su corta vida, el negocio cripto ha consolidado a una selecta aristocracia formada por ingenieros informáticos, economistas, gurús del emprendimiento y famosos que ponen rostro a este impersonal sector. Estos son algunos de los más conocidos:

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5. ¿Cómo funcionan?

Las criptomonedas funcionan gracias a la tecnología 'blockchain' (cadena de bloques), que es como un gigantesco libro de contabilidad que registra, en forma de bloques de información, toda la actividad que se lleva a cabo con dicha moneda y guarda una copia en una red de ordenadores repartidos por el mundo.

Cuando compramos una cripto, en realidad adquirimos una anotación en esa base de datos. Al estar compartida, la información no puede ser pirateada, porque la propia red detectaría el intento de 'hackeo'. Aquí reside el secreto de su seguridad. Aunque los datos están encriptados, la huella digital que generan permite seguir el curso del dinero en todo momento.

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6. ¿Cómo se fabrican?

El proceso de fabricación de criptomonedas se llama minería, pero aquí no se usan picos y palas, sino potentes ordenadores, y lo que se obtiene no es mineral, sino datos encriptados.

En esencia, los mineros crean nuevas criptomonedas (y así ganan dinero) como pago por haber certificado la validez criptográfica de todo el sistema.

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El tendón de Aquiles de este sofisticado sistema no es financiero ni tecnológico, sino energético y medioambiental. La cantidad de energía que consumen las computadoras encargadas de minar criptomonedas y garantizar la seguridad informática de toda la red deja pequeña a la que consume la producción de marihuana bajo techo.

Se estima que la minería de criptomonedas multiplica por 20 la huella de carbono que genera la contaminante minería de oro. En los últimos años se han lanzado nuevas criptomonedas que consumen menos energía. Según los expertos, el futuro de las cripto depende de que estas fórmulas salgan adelante.

7. ¿Cómo se entra en este negocio?

Salvo que se tengan los conocimientos informáticos y el potencial técnico y energético necesarios para adentrarse en el proceloso mundo de la minería, la forma más sencilla y habitual de entrar en el negocio de las criptomonedas es adquirirlas a través de alguna de las plataformas de compraventa que existen, como Binance, Coinbase, Kraken o Localbitcoin. La firma alicantina Bit2Me se convirtió en febrero en el primer ‘exchange’ reconocido por el Banco de España para operar en nuestro país.

El proceso de compra es similar al que hacemos a diario con nuestra tarjeta de crédito, pero aquí el registro es más exhaustivo para garantizar la identidad del usuario.

Las criptomonedas se guardan en un monedero virtual ('wallet') al que solo puede acceder el titular con su clave encriptada. Si la pierde o la olvida, no podrá usarlas. Desde la propia plataforma puede venderlas o cambiarlas por otras monedas.

La otra vía para entrar en este negocio es acudir a un local o un cajero especializado en venta de criptos. En España ya hay más de 100 puntos de venta de bitcoin, 30 de ellos ubicados en Barcelona, la ciudad con más instalaciones de este tipo de todo el país.

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8. ¿Qué se puede comprar con criptomonedas?

Aunque se llaman monedas, de momento no las admiten en el súper ni en el bar de la esquina al pasar por caja, pero cada vez hay más negocios que permiten el pago en bitcoins. La web coinmap.org permite localizar algunos de estos locales a vista de mapa. En Barcelona hay más de 60.

El uso comercial de las criptodivisas es más frecuente en internet, donde ya es posible reservar viajes (en webs como Destinia y Expedia), pedir comida preparada (en Foodler) o comprar ordenadores (en Dell) y abonarlos desde nuestra cartera de bitcoin.

Incluso oenegés como Wikipedia, Greenpeace y Save the Children admiten donaciones en bitcoins.

A día de hoy, el uso práctico más habitual de las cripto se da en el sector financiero. Por ejemplo, para enviar remesas de dinero a otro país evitando las comisiones. En Estados Unidos ya han empezado a ofertarse ‘criptohipotecas’ que se pagan en bitcoin.

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9. ¿Cuándo se gana (o se pierde) dinero?

A efectos de riqueza contante y sonante, las criptomonedas son como un activo bursátil más: ganamos dinero cuando las vendemos más caras que como las compramos y lo perdemos en la situación contraria. Y es aquí donde entraña su mayor peligro, ya que el beneficio o la ruina dependen de su cotización, que es más voluble que una veleta.

Las fuertes presiones especulativas que se han cernido sobre las criptomonedas desde que nacieron, provocando a veces vertiginosas subidas y bajadas de precio en muy poco tiempo, explican las asombrosas fortunas que han generado, pero también los monumentales batacazos que se han llevado algunos inversores despistados en momentos de quiebra como el ‘criptocrash’ que se vive estos días.

11. ¿Qué riesgos tienen?

Aparte del peligro de posibles inversiones ruinosas que conlleva la frágil volatilidad de su cotización, a las criptomonedas las persigue la sombra de la sospecha por ser un sistema susceptible de ser utilizado por el crimen organizado para mover dinero de forma opaca. La naturaleza rastreable que tienen todas las transacciones se diluye ante el anonimato que muchas monedas virtuales ofrecen a sus clientes.

Con todo, el mayor riesgo que entraña esta figura financiera tiene que ver con su uso legal y se encarna en los cuadros de adicción que manifiestan algunos de sus usuarios más compulsivos, sobre todo jóvenes, y en las comunidades de tinte sectario.

Algunos de estos grupos han empezado a formarse en los últimos tiempos con la promesa del enriquecimiento rápido como banderín de enganche, como la que reunió recientemente a 9.000 veinteañeros en el Palau Olímpic de Badalona.

"Al final, el mayor daño lo van a sufrir esos jóvenes que se han tragado la mentira de que el dinero es gratis y podían hacerse millonarios de la noche a la mañana sin trabajar", evalúa el analista financiero Juan Ignacio Crespo.

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12. ¿Son el futuro o una burbuja?

Plantear esta pregunta en pleno 'criptocrash' puede resultar ventajista, pero quienes dudaban de la solidez del sistema cripto en sus momentos más boyantes reiteran hoy los argumentos de entonces: “Las criptomonedas tienen que pasar la prueba de fuego de una recesión económica de verdad. Si la superan, empezaré a creérmelas. Mientras tanto, seguiré pensando que son como jugar al Monopoli con billetes digitales y dinero de verdad”, opina Juan Ignacio Crespo, quien explica el éxito del que han disfrutado durante la última década por el exceso de liquidez que había en el mercado financiero internacional. “Ese dinero entró en las cripto como antes había entrado en los fondos hipotecarios tóxicos”, compara el economista.

Las reservas de los contrarios a las criptomonedas palidecen ante el fervor que ponen sus partidarios a la hora de defenderlas. Para Peter Thiel, cofundador de PayPal, son un “movimiento juvenil revolucionario” y Jack Dorsey, cofundador de Twitter, está convencido de que el bitcoin “traerá la paz mundial”.

En opinión de Ismael Santiago Moreno, profesor de Economía Financiera de la Universidad de Sevilla, aún no hemos visto la verdadera dimensión de las criptomonedas. “Bitcoin es el internet del dinero, es cuestión de tiempo que acabemos asumiéndolo. Asistimos al inicio de un nuevo orden financiero mundial. Más aún: en la historia de la Humanidad no ha habido una revolución de tal calado como el que anuncian las criptomonedas", augura el experto.

El tiempo dará y quitará razones a unos o a otros. Y premiará en euros o en bitcoins.

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Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos:
Juan Fernández
Diseño e infografías:
Andrea Hermida-Carro, Ricard Gràcia y Francisco J. Moya
Coordinación:
Rafa Julve