Tamara Falcó y lo que escondía su vestido de novia: su (maleducada) forma de ser 

Aunque Tamara ha dado su versión de los hechos, se dice que sus formas no han sido nunca las mejores. 

Tamara Falcó sale del portal
Tamara Falcó sale del portal / GIM

Primero por la infidelidad de su novio y ahora por su vestido de novia, el caso es que otra vez Tamara Falcó está en el punto de mira. A nada y menos de su boda con Iñigo Onieva, la marquesa tiene problemas ya que está compuesta y sin vestido para la gran boda del año. La firma que le iba a hacer el diseño ha dicho que 'hasta luego, Maricarmen' y todo tendría una explicación: la inspiración. Ante todo este jaleo, Tamara ha querido explicar lo que ha pasado realmente con la firma, aunque parece que no le está sirviendo de mucho, ya que más que ayudar, está empeorando su imagen. Se dice que la hija de la Preysler detrás de las cámaras es de 'ojito cuidao'.

La marca en cuestión es Sophie et Voilà, que comunicaba que no se ocupará de vestirla "como consecuencia del incumplimiento contractual por parte de la Sra. Falcó". En el comunicado que hicieron, aseguraban que Tamara realizó una serie de exigencias que se veían incapaces de cumplir porque implicaba "acercarse demasiado a diseños ajenos a nuestra firma". Vamos, que se negaban a hacer un vestido que plagiara otro de alta costura. "Nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño".

¿Y qué ha hecho Tamara? Pues explicarse y contar cómo fue el momento en que el vestido pasó a ser trapo: "Ya conté que buscando un vestido para la boda de mi hermana encontré ese y se lo enseñe a ella y no le gustó, pero a mí me encanta y quería llevarlo. Estas chicas (las diseñadoras de Sophie et Voilà) vinieron a casa de mi madre me dijeron que les encantó la inspiración y me dijeron 'te lo hacemos'. En cuanto lo conté en 'El Hormiguero' y dije la palabra 'inspiración' empezó a haber mucha tensión".

Cuenta que tras esto, "el vestido había cambiado completamente y a esa prueba venía mi madre, y mi madre es muy exigente... Yo nada más ponérmelo no me veía con ese vestido, tenía unos volúmenes que no eran, en cuanto me lo probé supe que no era el mismo. Hay unas fotos que lo describen todo... Fue súper incomodo y ahí empezó a ir mal todo".

Y hay más: "Tengo muy buenos abogados y pusieron en el contrato que si no me gustaba el vestido no me tenía que poner con ese vestido. Es desagradable y no quieres pelearte con los diseñadores... Yo me dedico a la moda y me encanta, para mí parte de la boda era mi vestido... Se torció mucho la cosa, me desanimé, fue súper crudo y tengo un montón de testigos que lo vivieron".

Pero parece que aunque Tamara tenga muy buenas palabras, hay quien dice que tiene otra cara cuando está frente a las cámaras.

Tamara Falcó con cara de flipar
Tamara Falcó con cara de flipar / Fernando de Blas / GTRES

Una testigo de lo que pasó con el vestido ha hablado con 'Sálvame' y mira lo que ha dicho: "Fue a partir del segundo encuentro (ya en Madrid) cuando todo se torció; de repente, apareció una Tamara maleducada, déspota, histriónica, que ni las propias diseñadoras reconocían. Lo que había era una cláusula de confidencialidad, que desde el minuto uno tenía a Tamara obsesionada. No quiere que se sepa lo déspota que es en la intimidad. Esa Tamara que sale en televisión, inocente y buenecita, no tiene nada que ver con la Tamara que yo pude ver a partir de ese segundo encuentro con las diseñadoras".

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