Stella del Carmen Banderas, aprobado raspado en español

Pero progresa adecuadamente en el tema paellas, que ya es.

Stella del Carmen, Ramonchu y Antonio Banderas
Stella del Carmen, Ramonchu y Antonio Banderas / GTRES

Hasta hace poco Stella del Carmen Banderas era el miembro más discreto de su 'familia moderna' y el que menos se prodigaba bajo los focos de la atención mediática, pero todo cambió cuando decidió seguir los pasos de sus padres o de su hermana, Dakota Johnson (30), y comenzar a estudiar arte dramático para probar suerte como actriz... Porque de casta le viene al galgo, dicen.

Ahora la hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith ha disipado un poco más el misterio en torno a su persona estrenándose como columnista para la revista Vanity Fair y escribiendo acerca de su infancia, que pasó entre el glamour de Hollywood y Málaga, la ciudad natal de su padre, en un artículo que ha titulado 'Cómo crecer en una familia bilingüe'.

Los recuerdos que Stella guarda de sus visitas a España incluyen comer "bocadillos de Nutella" (bueno, a ver, Stella, ¿no sería mantecva colorá?), ver el concurso 'El Grand Prix del verano' en televisión (lo cual nos parece ARTE y un conocimiento pop invaluable), pasear por las calles de Málaga junto a su tía por la noche, comer chocolate con churros y la cenas que se alargaban tres horas.

Sin embargo, en su adolescencia (y en especial tras el divorcio de Antonio y Melanie, en 2014, cuando ella tenía 17 años) empezó a perder la "conexión" con sus raíces españolas y eso le provocó una mezcla de "ansiedad, culpa y vergüenza".

"No pasar el suficiente tiempo en España implicaba que no estaba desarrollando el mismo nivel de competencia en castellano que el que tengo con el inglés", ha explicado. "Y en los años en los que casi cesaron los viajes familiares al sur del país, mi conexión con esa parte de mí misma empezó a desvanecerse".

Por eso ahora se ha propuesto recuperar el legado que trató de transmitirle su padre, empezando por preparar recetas típicas españolas durante el período de confinamiento. No nos parece mala idea, dicen que las de Antonio eran las mejores paellas de Los Ángeles, aunque como nunca las hemos visto y/o catado, no podemos emitir veredicto... Aunque a nosotras, con que tengan socarrat, nos vale.

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