Sara Sálamo y su polémica en redes por su opinión de la 'vuelta al cole'

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Sara Sálamo e Isco Alarcón con mascarilla
Sara Sálamo e Isco Alarcón con mascarilla / iscoalarcon

Si hay algo que ya nos ha dejado claro Sara Sálamo en más de una ocasión, es que ella en sus redes va a hablar de feminismo cada vez que lo considere necesario, así como de otros temas que le tocan muy de cerca como el veganismo o la lucha por visibilizar una imagen real de la maternidad. Por eso, no nos ha extrañado nada cuando, después de hablar en sus stories sobre la adaptación de los niños pequeños en su primer curso en la escuela infantil y recibir una avalancha de mensajes privados, ha decidido dedicarle una publicación en su muro para que no desaparezca a las 24 horas y todo el mundo pueda participar y leer a los demás.

"No. No estoy preparada para desaparecer de tu vista y que pases una, dos o seis horas llorando esperando a ver si vuelvo. No. No estoy criticando a las familias que se ven sometidas a tener que hacerlo. No.

No estoy de acuerdo en que 'lo que hemos hecho siempre' es lo que está bien. No. Mi madre y mi padre NO minimizaron mi dolor y el que yo no estuviera preparada para pasar tantas horas en un lugar que nunca había visto, rodeada de desconocidos. Así que también buscaron otra alternativa hasta que cogí la seguridad necesaria", comenzaba la actriz después de haber afirmado en redes que su hijo mayor, Theo, todavía no va al cole porque intentó dejarle el año pasado y el niño no dejaba de llorar, algo que considera insostenible.

Y continuaba: "No. No pienso que validar los sentimientos de mis hijos les convertirá en unos malcriados. No. No soy de las que cuando se caen les digo 'no pasa nada, tú eres muy fuerte'. Sino les ofrezco mi ayuda y les abrazo".

Es consciente de que la suya es una posición privilegiada, y tiene a su alcance alternativas que otras familias no tienen, pero considera que es su deber denunciar que las cosas no están bien hechas. "Es una obviedad que hablo desde un lugar de privilegio. Dónde soy una mujer blanca, heterosexual y europea que puedo llevar a mis hijos conmigo al trabajo o contratar a alguien para que cuide de ellos en casa.

Pero desde mis sitios de privilegio también puedo denunciar que las cosas no están bien hechas. Que la conciliación es una utopía. Y que no creo que ningún padre o ninguna madre se sienta cómoda dejando a sus hijos en manos de una maestra (desconocida totalmente por nosotros y nuestros bebés) cuando llora de forma desconsolada".

Por último, ha querido dejar claro que la solución a este problema no puede ser en ningún caso que las mujeres tengan que renunciar a sus carreras y que ocurra como con las generaciones anteriores. "Y por supuesto, la conciliación NO PUEDE PASAR POR RENUNCIAR A NUESTRAS CARRERAS".

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