Pablo Alborán se echa pasta de dientes en los ojos (spoiler: sale mal)

Por favor, no sigáis sus consejos de belleza. 

Pablo Alborán en 'Vamo a calmarno'
Pablo Alborán en 'Vamo a calmarno' / Carlos Alvarez

A ver, antes de contaros lo que le ha pasado a nuestro querido Pablo Alborán (32) diremos que nos sentimos muy identificadas (por romper una lanza a su favor). Resulta que el cantante ha sufrido un incidente doméstico cuanto menos curioso que le ha hecho llorar durante horas pero no de pena precisamente. Así lo contaba:

"He tenido un día muy bueno, he llegado a casa, me he cortado el pelo, me he quitado el maquillaje de la entrevista, me he equivocado y en vez de echarme crema hidratante en los ojos, me he echado pasta de dientes. Ahora no paro de llorar, llevo dos horas llorando", explicaba. ¿QUÉEEEEE? Lo que no entendemos es cómo a Pablo Alborán no se le ha derretido la retina con tal equivocación.

Lo que suponemos desde nuestra humilde investigación es que seguramente Pablo Alborán se estaba haciendo su 'beauty routine' (tal y como explicaba) y ha confundido el 'packaging' de la pasta de dientes con el del contorno de ojos que es lo más parecido. Así, al echárselo por la zona de la ojera ha hecho que el cantante estuviera con los ojos al borde de la lagrimilla unas cuantas horas.

Pero Pablo tenía otro remedio casero para curarse su mal de ojos y no fue otro que ponerse dos bolsitas de manzanilla (¿quién no lo ha hecho alguna vez?) para que se le bajara un pelín la irritación. "Me he puesto dos manzanillas en cada ojo, ya estoy mejor", contaba para tranquilizar a sus seguidores que ya estarían pensando que el cantante iba a perder el ojo.

Por lo que podemos ver en su Instagram, Pablo Alborán se encuentra bien y fuera de peligro, eso sí, esperamos que haya separado ya la pasta de dientes de sus potingues porque no queremos que la vuelva a liar. ¿Os imagináis que en vez de agua micelar se echa quitaesmaltes? No, por dios. De hecho, sabemos que está divinamente porque más tarde se metía entre pecho y espalda dos buenas hamburguesacas para cenar, por el disgusto, claro.

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