Kim Kardashian y Kanye West llegan (por fin) a un acuerdo de divorcio: quién se queda qué

La custodia de sus hijos, el reparto de sus mansiones y la pensión conyugal y de alimentación que recibirá cada uno. Cositas.

Kim Kardashian y Kanye West

La boda de Kimye fue el grane evento en su momento, y si bien la estrella de ‘Keeping Up With the Kardashians’ y el rapero de ‘Ghost Town’ ya no están juntos, su festejo será inolvidable. Según el libro ‘Kim and Kanye: The Love Story’, escrito por Nadia Cohen, los nombres de los invitados se grabaron en las mesas de mármol del festejo, para que estos pudieran localizar sus lugares. Sin embargo, algunos de esos nombres desafortunadamente se escribieron de manera incorrecta.

/ Bang

Algo más de un año es lo que han tardado Kim Kardashian (42) y Kanye West (45) en resolver su divorcio. Tras muchas negociaciones y desencuentros ante el juez, motivados en gran parte por la negativa del rapero a cooperar, la expareja por fin ha conseguido llegar a un acuerdo. El punto más importante para ambos a lo largo de todo el período de negociación era la custodia de sus hijos y el reparto de su impresionante catálogo inmobiliario, y esta ha sido la solución a la que han llegado. Atenta.

Según los términos de su divorcio, compartirán al cincuenta por ciento la custodia física y legal de sus cuatro hijos y los dos tendrán acceso por igual a los niños, aunque se cree que en la práctica pasarán el 80 por ciento del tiempo con ella. Kim será quien reciba una pensión por parte de su exmarido que se destinará al cuidado de North West (9), Saint, de seis, Chicago, de cuatro, y Psalm, de tres. La cifra asciende a 200.000 dólares mensuales, pero Kanye será responsable además de pagar la mitad de los gastos derivados de la educación y el dispositivo de seguridad de sus pequeños.

Este último punto deja abierta la puerta a que a partir de ahora su opinión pese mucho más a la hora de elegir el colegio al que acudan sus hijos. Él ha dejado claro que quiere que asistan al colegio cristiano que acaba de inaugurar en California, que da una gran importancia a la música y la oración en su programa lectivo, pero hasta el momento Kim ha accedido a que acudieran a las lecciones extraescolares de coro, y eso solo después de que el músico la acusara públicamente de impedirle participar en la formación académica de sus hijos.

Ni Kanye ni Kim han querido recibir una pensión de manutención de su ex, y en lo que respecta a sus propiedades, se repartirán según lo que está estipulado en el acuerdo prematrimonial que firmaron antes de casarse en 2014. Otro detalle muy importante de su acuerdo de divorcio es que ambos se han comprometido a acudir a un mediador si en un futuro no logran ponerse de acuerdo en cualquier tema relacionado con todos los puntos mencionados anteriormente. Eso sí, si alguna de las dos partes no se presenta a la reunión, la otra será automáticamente quien tome la decisión final.

La propia Kim se ha encargado de escribir el epitafio de su relación sentimental en los documentos que ha presentado en los juzgados, en los que afirma que desea con todas sus fuerzas divorciarse y que cree además que eso ayudará a su ex a pasar página. "Aunque desearía que nuestro matrimonio hubiera sido un éxito, he llegado a la conclusión de que no hay manera de repararlo. Kanye no está de acuerdo, pero al menos parece que se ha dado cuenta de que yo quiero terminar nuestro matrimonio, aunque él no lo haga".

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