Amaia Romero, irreconocible con las cejas finas

Unas cuantas veces hemos tenido que mirar esta foto para darnos cuenta de que sí, es Amaia Romero, irreconocible y no solo por ese vestido de novia, también por el pelo y las cejas que lleva. No sabemos cómo ha pasado pero la cantante luce unas cejas finas dosmileras que nos han hecho recordar nuestro pasado adolescente.

Ha sido en Instagram donde Amaia ha colgado varias fotos que ya se han hecho virales en redes y es que ninguna tiene desperdicio. Aunque todo el mundo está hablando de su posado con la reina Letizia, nosotras nos quedamos con las fotos que tiene con un aspecto al que no nos tiene nada acostumbradas.

Como sabes, Amaia es de las que deja que sus pelos crezcan libres por su cuerpo (y muy bien que nos parece, que aquí cada una puede hacer lo que quiera con ellos) y suele llevar unas cejas gordotas a lo Pedroche aunque más despeinadas. Pobladas y salvajes. Todo lo contrario a lo que vemos aquí: unas cejas hilo superfinas. ¿Le habrá podeído el espíritu de Victoria Beckham en la década de los 90?

Aunque si te fijas bien, parece que las cejas de Amaia tienen truco. No parecen unas cejas depiladas totalmente, sino que todo apunta a que la extriunfita ha tirado de sombras claras para disimular el grosor y así ocultar una gran parte. Menos mal, porque ya nos temíamos lo peor, aunque para gustos, ya sabes...

El regreso de las cejas finas

No solo Victoria Bekham sucumbió a la moda de las cejas finas, también lo han hecho otras celebs y no hace mucho tiempo. Nos acompañaron durante años en la década de los 90 y los 2000 y ahora parece que han vuelto, tal y como hemos podido también ver en la carita de Bella Hadid.

Seguro que tú también pasaste por mil formas, estilos y demás estropicios (las fotos del Tuenti lo confirman). Unas fotos que no se diferencian mucho de las que publica Amaia, ¿verdad?

Las cejas son una parte importantísima de nuestra cara, de ahí que siempre queramos llevarlas perfectas y por eso hay que fijarse en la forma de nuestra carita para no acabar como en la adolescencia.