¿Qué es el 'real food'? Trucos para comer bien y posturear

El 'real food' o cuando comer sano y chulear van de la mano.

Una persona come un 'bowl' de comida saludable
Una persona come un 'bowl' de comida saludable / ISTOCK

Durante los últimos años hemos sido testigos de cómo el concepto 'real food' o 'real fooding' ha plagado las pantallas de nuestros móviles. Este movimiento empezó en 2013 de la mano del nutricionista Carlos Ríos (@carlosriosq), quien inició toda una revolución en Instagram en su lucha personal contra los alimentos procesados.

El 'real food' o 'real fooding' es un movimiento que defiende la importancia de alimentarnos a base de 'alimentos reales', es decir, aquello que no están excesivamente procesados o incluyen muchos aditivos y azúcares. La cara opuesta de la moneda son los alimentos procesados y ultraprocesados, aquellos que pasan por largos procesos de elaboración en los que se les añaden gran cantidad de aditivos y conservantes. Se trata de productos que, antes de ser consumidos, no requieren apenas manipulación por nuestra parte, únicamente un toque de microondas. Algunos ejemplos son los platos preparados, los dulces y la bollería.

Así, el 'real food' se encarga de informar, sobre todo a través de las redes sociales, de lo perjudiciales que son este tipo de alimentos, causantes de una gran parte de casos de obesidad y enfermedades del corazón. Para acabar con la 'dictadura' de los alimentos excesivamente manipulados o procesados, este movimiento por la comida real ofrece alternativas saludables a alimentos y recetas que tomamos y elaboramos en nuestro día a día.

Ser 'real fooder': los trucos para conseguirlo

Ser 'real fooder' es difícil (a veces), pero es posible. Y no lo decimos nosotros, lo dice Carlos Ríos.

Hemos de reconocer que cambiar nuestros hábitos alimenticios de un día para otro es una tarea ardua, pero no hay nada que no se pueda conseguir con paciencia y disciplina.

Los primeros pasos que debes dar para convertirte en 'real fooder' son, en primer lugar, la sustitución de los alimentos procesados que tomas en tu día a día por opciones saludables, y en segundo lugar, aplicar tu conciencia 'real fooder' cuando hagas la compra. Esto quiere decir que deberás ser más cuidadoso o cuidadosa a la hora de escoger los alimentos de tu lista de la compra y acostumbrarte a leer la composición de los productos, procurando escoger alternativas más naturales y que contengan menos azúcar.

Pero tranquilo, comer como un 'real fooder' no significa que tengas que alimentarte a base de apio y legumbres. En el saco de los alimentos 'permitidos' también entran los alimentos procesados 'buenos', aquellos que son elaborados a través de un proceso 'artesanal' y a los que se añade algún ingrediente con el único objetivo de que se conserven mejor. La regla de oro: no puede contener más de 5 ingredientes adicionales. Un buen ejemplo de un alimento procesado 'bueno' son las legumbres en bote o las latas de atún en conserva. Eso sí, preferiblemente, en agua o aceite de oliva virgen.

Sabemos lo que estás pensando, pero no, el 'real fooding' no consiste solo en comer ensaladas y verduras a la sartén. Y si esa es la idea que tienes en la cabeza, hemos de decirte que estás muy equivocado y que te queda mucho por aprender y descubrir.

Y es que una de las maravillas del 'real food' es que encontrar ingredientes alternativos para hacer tus recetas habituales y que queden igual de deliciosas no es tan complicado como pueda parecer. De hecho, el movimiento por la comida real te permite seguir disfrutando de esos postres de chocolate a los que tanta pena te daría decir adiós, incluso los helados de sándwich y las pizzas. Sí, ¡puedes comprar pizzas!

Porque la idea que defiende el 'real fooding' es que los alimentos saludables no tienen por qué no ser deliciosos, solo tienes que saber cómo cocinarlos y encontrar la manera de que hagan bailar a tu estómago.

Por ejemplo: ¿sabes qué ingredientes necesitas para hacer una maza de pizza estilo 'real food' e igualmente deliciosa? Esta es la propuesta de Carlos Ríos: 240 gramos de harina de trigo integral, 200 ml de agua tibia, 2 cucharadita (3 gramos) de levadura seca y 9 gramos levadura fresca, 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra y 1 cucharadita de sal. Et voilà!

Otro de os 'truquis' que debes seguir si quieres pasarte al 'real food' es hacer la compra (o al menos intentarlo) en el mercado en lugar de en el supermercado. Este cambio puede parecerte una tontería, pero puede también marcar la diferencia. Y es que cuando acudimos a grandes superficies a hacer la compra, nos perdemos entre ofertas y la gran cantidad de productos procesados que ofrecen y apenas prestamos atención a lo que realmente importa: la calidad de los alimentos de verdad (frutas, verduras, legumbres...). En cambio, si hacemos la compra en el mercado, tenemos acceso directo a ingredientes de primerísima calidad, a mucha más variedad y a muchas menos distracciones que al final nos llevan a meter en el carrito multitud de alimentos que no son demasiado buenos para la salud. Si es que ya te lo decía tu madre: no debes comer con los ojos.

Al mismo tiempo, el 'real fooding' no es una dieta, ya que no se trata de contar calorías o restringir alimentos. Se trata, más bien, de escoger los alimentos que nos aportan nutrientes y descartar aquellos que, fundamentalmente, perjudican nuestra salud. Porque otra de las principales premisas del 'real food' es que la comida real se cocina. Así, la importancia reside en los ingredientes y en la forma de cocinarlos.

Pero el 'real food' tiene una ventaja más, y es que ¡es tendencia! No te será difícil encontrar buceando por Instagram miles de usuarios que se han sumado al movimiento y comparten sus recetas. Algunas son más apetitosas que otras, pero lo importante es intentarlo.

Así que, si te decides a subirte al carro de la comida real, anímate también a compartir tus creaciones 'real fooder' con los hashtags #realfood, #comidareal y #comecomidareal. De esta manera también podrás encontrar nuevas ideas para seguir experimentando.

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