Nuevo negocio influencer: vender las flatulencias (sí, los pedos)

Stephanie Matto ha sido la reina de este nuevo nicho de mercado.

Stephanie Matto vende sus pedos envasados
Stephanie Matto vende sus pedos envasados / @stepankamatto

Lo de ser influencer es una profesión relativamente nueva y de la que poco sabemos. Lo normal es que estas saquen sus propias marcas de ropa, joyas, belleza o incluso libros pero ahora se ha abierto un nuevo nicho de mercado que más tiene que ver con lo corporal (y no son tratamientos estéticos). Lo que se lleva ahora es enfrascar los pedos y venderlos... Sí, que lo digan Stephanie Matto.

Esta influencer se hizo (más) conocida después de participar en el reality estadounidense '90 day fiancé' en el que tenía tres meses para casarse con su novia Erika Owens si quería seguir viviendo en Estados Unidos. Dada su fama y su aumento de seguidores en Instagram, a Stephanie se le ocurrió la brillante idea de abrir un nuevo negocio: vender sus pedos envasados.

Y tú pensarás que esto es una ida de olla que seguramente nadie quiera comprar pero te equivocas porque ella misma ha desvelado que puede llegar a ganar hasta 50.000 dólares por semana. Una locura. Fue en una entrevista para 'Buzzfeed' donde Stephanie explicaba de dónde le había venido esta idea cuanto menos escatológica idea: "Pensé que los pedos eran un gran nicho, pero también algo divertido, peculiar y diferente". A la chica razón no le falta.

El negocio le ha ido viento en popa porque según explica todo se precipitó "debido a la demanda popular". "A lo largo de los años, he recibido algunos mensajes de hombres y mujeres que quieren comprar mis sostenes, bragas, pelo, agua de baño... usados", añadía.

"Estoy agradecida de poder entretener, iniciar debates y discusiones, y abrir los ojos de las personas a diferentes formas de vida", contaba en la entrevista.

Pero, ¿qué hace Stephanie Matto para poder tirarse pedos a demanda de sus clientes? Pues come frijoles, muffins de proteínas, huevos duros, batidos de proteínas y yogures durante el desayuno. Una vez se tira el pedo lo envasa en un frasco que luego envia a sus clientes por 992 dólares (casi nada). El envase es personalizado y en él mete pétalos de flores porque "adhieren el aroma y lo hacen durar más". De locos.

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