Taylor Swift reparte dividendos entre los 'curritos' de su gira

Taylor Swift tuvo un accidente durante un cambio de vestuario en su gira
Taylor Swift tuvo un accidente durante un cambio de vestuario en su gira

Junto con el 'Renaissance World Tour' de Beyoncé, el actual viaje musical de Taylor Swift, 'The Eras Tour', se erige como la gira más rentable y multitudinaria de lo que llevamos de año. La diva de Nashville acaba de cerrar el tramo estadounidense de su espectáculo y en breve aterrizará en el vecino del sur, México. Pero antes de dejar su país, la cantante ha decidido ponerse generosa y premiar a los conductores de los imponentes camiones que transportan todo el material con un bonus que, según el portal de noticias TMZ, asciende a 100.000 dólares para cada uno. OJITO.

Teniendo en cuenta que se estiman en cincuenta los camioneros que tuvo que reclutar para viajar de una ciudad a otra, la estrella del pop habría tenido que desembolsar cinco millones de dólares para cubrir todas esas primas. Tan considerado gesto, todo sea dicho, no supone un gran esfuerzo económico para la artista, cuya gira por Estados Unidos habría recaudado más 1.000 millones de dólares, según las primeras previsiones. Eso sí, sus bailarines, músicos, técnicos y demás profesionales a su servicio también habrían recibido una paga extra "muy generosa" por parte de la cantautora, por lo que la factura final habrá sido muy elevada. Quizá queremos un poco trabajar con ella...

Además de llenar estadios y conquistar una vez más a la crítica con su elaborado espectáculo, Taylor Swift se despide momentáneamente de su país natal con el dudoso honor de ser la responsable directa de una serie de movimientos sísmicos que equivaldrían a un terremoto de 2,3 grados de magnitud en la escala Richter. Eso es al menos lo que reveló una reputada sismóloga, la doctora Jackie Caplan-Auerbach, en una conversación reciente con la CNN, en la que aseguró que las vibraciones de los conciertos de la estrella superaron ampliamente el récord que, en la ciudad de Seattle, ostentaba hasta entonces un partido de fútbol americano entre los Seattle Seahawks y los New Orleans Saints, celebrado en 2011.

"Los movimientos que provocó el concierto fueron el doble de fuertes, absolutamente. Hice acopio de los datos que arrojaron las dos noches de conciertos y ambos gráficos seguían el mismo patrón. Puse un gráfico encima del otro y eran casi idénticos", explicaba esta profesora de la universidad Western Washington al tiempo que expresaba su asombro ante la efusividad de los fans que abarrotaron el estadio Lumen Field de la ciudad.

Entre eso y lo del submarino...

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