Effortless: ¿el fin de la invitada perfecta?

La última tendencia (en influbodas y bodas de andar por casa) es el rollo efortless, o sea, no invertir ni tiempo, ni dinero ni ganas en arreglarse. Palabrita de Carmeron.

Detalle del look de Laura Matamoros en la boda de Marta Lozano
Detalle del look de Laura Matamoros en la boda de Marta Lozano / _lmflores

En plena previa de la enésima boda influencer del año, y aún con la resaca de la penúltima, viviremos una nueva jornada de estilismos de invitada llamados a fascinar pero que seguramente nos dejarán a cero grados: ni frío ni calor.

Porque el dress code de la invitada vive horas bajas, o más bien, horas effortless. Vestidos sin chicha, cuñas de esparto, bolsitos noventeros… ¿El fin de la invitada perfecta ha llegado? Vale que nos estábamos pasando un poco, y que hasta para la boda de tu prima Mari la que hace cinco años que no ves te vestías que parecía que ibas al Baile de la Rosa.

Que si brillos, que si pamela XL, que si tacones imposibles… De esto hemos pasado a invitadas con un paso por la peluquería dudoso, apenas maquilladas; que no quieren sufrir y no dejan las cuñas de esparto para el baile, sino que entran con ellas a la iglesia, y con estilismos monos, si, pero que no pasarán a la historia.

Y no es algo exclusivo de las influbodas, no. Desde hace meses hemos asistido (desde nuestras cuentas de Instagram, entiéndase) a un buen número de bodas consideradas de la sociedad española en las que las invitadas eligieron susto antes que muerta que sencilla. Nunca se había visto tanto yute en la revista del saludo, no.

Y más:

Por un lado, el darle naturalidad al asunto se agradece, que la presión cuando te daban la invitación para una boda era mayor que exponer en el tribunal de la oposición a interventor de Hacienda. Pero por otro, si no nos queda el momento boda/invitada para darlo todo y ponernos de tiros largos, ¿cuándo lo vamos a hacer? Porque no sé vosotras, pero lo más arriesgado que he hecho en el último mes es tomar un tinto de verano en la fiesta del cole de los niños.

Es cierto que, como todo, son ciclos, pero mientras estemos inmersos en él, será complicado salir. Porque si nadie busca vestidos sofisticados, las tiendas dejarán de venderlos, y entonces, no tendremos más remedio que caer en el rollo effortless. La invitada perfecta será la más imperfecta. Aunque nadie dijo que sería fácil: como en todo, pero más en la moda, lo descuidado requiere el mayor de los cuidados.

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